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El sueño prohibido boliviano

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Bolivia es actualmente un país sin costas marítimas, un Estado mediterráneo en el continente americano. Es desde fines del siglo XIX que padece esta situación de ahogo, al estar rodeado por los territorios de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Perú. Específicamente, fue la llamada guerra del “Salitre”-que tuvo lugar entre 1879 y 1883- el hecho responsable de la pérdida de salida al mar.

Por aquellos años, el desierto de Atacama se había vuelto muy importante desde el punto de vista económico. Se habían realizado grandes descubrimientos de guano y salitre- importantes recursos destinados a la fertilización de campos agrícolas- ambos con  altos precios en el mercado internacional, lo cual inauguró una rivalidad profunda entre Chile, Perú y Bolivia. Los tres países veían en el desierto una gran fuente de ingresos en un contexto de gran presión financiera como lo fue durante la década de 1870.

Los intereses de los capitales ingleses también desembarcaron en la región, y muchos historiadores concuerdan en asignarles gran importancia al momento de analizar las causas que llevaron a la guerra.

En 1879 Chile declaró la guerra a Bolivia, dando inicio a la guerra del Salitre o “Segunda guerra del pacífico” y poco tiempo después se vio obligado a declarar la guerra también a Perú: Chile alegaba en aquel momento, el descubrimiento de un tratado secreto defensivo entre ambos Estados que era amenazante a sus intereses nacionales.

Con la firma del Tratado de Paz de 1904, Bolivia perdía su litoral que pasaba a manos de Chile y éste último se comprometía a construir un ferrocarril entre las ciudades de Arica (Chile) y La Paz (Bolivia) y reconocer a perpetuidad el derecho de tránsito comercial boliviano por el territorio y puertos chilenos.

 

Idas y vueltas

 

Desde la circular de abril de 1910 en que el canciller de Bolivia Daniel Sánchez de Bustamante hiciera llegar a los representantes diplomáticos de Perú y Chile, el gobierno de El Quemado[1] ha mantenido su deseo de lograr una salida al mar. A partir de aquel momento, muchos han sido los encuentros y desencuentros que no han permitido llegar a buen puerto. En 1963, la demanda por acceso al mar llevó a la ruptura de relaciones diplomáticas, restauradas en 1975 con el Acuerdo de Charaña (también conocido como Acta o Abrazo de Charaña) realizado entre los dictadores Hugo Banzer Suárez y Augusto Pinochet. En esa oportunidad se diseñó una propuesta que buscaba  solucionar el problema de mediterraneidad de boliviana: Chile cedería una franja de terreno a lo largo de su frontera septentrional con Perú para permitir el acceso de La Paz al océano Pacífico. Lamentablemente no pasaría mucho tiempo para que los acuerdos firmados se disolvieran y las relaciones entre ambos países se quebrarían otra vez en 1978-situación que se prolonga hasta la actualidad, sólo existen relaciones a nivel consular[2].

 

La estrategia

 

De acuerdo a Eduardo Paz Rada[3] a pesar de no tener relaciones diplomáticas oficiales a través de Embajadores, los gobiernos de Bolivia con Evo Morales y Chile con Michelle Bachelet primero y ahora con Sebastián Piñera, han alcanzado inéditos niveles de diálogo y acercamiento, a pesar de los profundos y controvertidos problemas históricos y geopolíticos que atraviesan los dos países desde hace mas de un siglo; sin embargo, los visos de solución a la mayor controversia entre los dos países son prácticamente nulos.

La actual estrategia boliviana apunta a multilateralizar la cuestión; en este sentido marcha su intensión de acudir tribunales internacionales para buscar una solución, como lo manifestó en la 41° Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) del año 2011. Esta maniobra se completa con la búsqueda de diálogo y negociación en el marco de dicha organización.

En las antípodas de la táctica de Evo Morales, tenemos la postura de Santiago, contraria a la sesión de soberanía de territorios chilenos a Bolivia y a favor de considerar al conflicto como una cuestión estrictamente bilateral. No obstante, Chile estaría dispuesto a concederle acceso a la costa a través de su territorio pero con ciertas restricciones sobre la soberanía[4].

 

El rol de Perú

 

Lima juega un papel muy importante en la cuestión: la pretensión boliviana implicaría un espacio soberano en la costa marítima entre su territorio y el territorio de Chile, ante lo cual no es de poca importancia la postura que tome el gobierno peruano. Perú podría significar un obstáculo insalvable para las aspiraciones del gobierno de La Paz.

La primera dificultad significativa se encuentra en el Tratado de Bogotá suscripto en 1929 entre Chile y Perú por el cual se definen los límites de ambos países y donde Chile se compromete a no ceder territorios que fueron peruanos a terceras potencias. De este modo, el tratado viene a conferirle a Perú una especie de veto ante una eventual transferencia de soberanía chilena a Bolivia de territorios que fueron peruanos.

Una segunda dificultad está dada porque la propia delimitación marítima con Chile sigue aún sin determinar de acuerdo a la tesis peruana. Lima demandó a Chile ante la Corte Internacional de Justicia en el año 2008, reclamando la soberanía de una zona marítima de aproximadamente 37.900 km² en el océano Pacífico.

Un último inconveniente se hace presente debido a que las localidades de Tacna (Perú) y Arica (Chile)-zona donde La Paz tiene puesta su mira- forman una misma unidad económica de desarrollo e integración que podría ser desmembrada por el anhelo de un corredor boliviano[5].

Pese a estas reticencias, en octubre de 2010 Bolivia y Perú pusieron fin a años de roces políticos, al ratificar un pacto firmado en 1992 conocido como “Boliviamar” que permitirá al país altiplánico tener acceso al Pacífico para sus exportaciones al establecer una zona franca[6].


Una posible demanda por Mar

 

El constitucionalista e investigador en temas marítimos Víctor Hugo Chávez fue el artífice que logró el viraje en la táctica que impulsa la administración de Evo Morales para lograr un acceso soberano al mar recurriendo a tribunales y organismos internacionales.

En virtud de la demanda de límites marítimos que Perú instauró contra Chile en 2008 ante la Corte Internacional de La Haya, la Cancillería boliviana solicitó el año pasado información a dicha institución, con el objetivo de dar a conocer sus consideraciones e intereses en torno a dicho diferendo. El eventual fallo de la Corte podría definir nuevos límites marítimos por lo cual el país se podría ver directamente afectado en sus posibilidades de acceder a un espacio con vía libre para la navegación.

Es importante mencionar que el llamado Proyecto “Chavez”-desarrollado por el arriba citado constitucionalista- que plantea demandar a Chile ante el Tribunal de La Haya para recuperar la salida al mar; encuentra un obstáculo no menor en la cláusula novena de las Disposiciones transitorias de la Constitución Política del Estado de 2009. Dicha cláusula indica que el Gobierno tiene hasta el 6 de diciembre de 2013, para demandar o renegociar tratados internacionales que sean contrarios a la Carta Magna; es decir que para La Paz esa fecha sería el límite para denunciar el Tratado de 1904. Por lo cual sería necesario antes de recurrir al Tribunal, negociar el tratado con Chile.

 

Configuraciones de fuerzas

 

A mediados de este año, Cochabamba será sede de la 42º reunión de la OEA. Allí Bolivia tendrá la oportunidad de plantear una vez más su demanda contra Chile. El Gobierno del altiplano se viene preparando en este sentido: prepara un informe “contundente” sobre la demanda marítima y un lobby para conseguir en la Asamblea respaldo a su posición.

Es natural que esta situación preocupe al gobierno de La Moneda. De repetirse lo ocurrido en 1979 en la 9º Asamblea de la OEA, el país quedaría contra la pared. En aquella oportunidad todos sus miembros-excepto Chile obviamente- consideraron que la demanda marítima era un tema de “interés hemisférico”, que requería una “solución equitativa” y respaldaron “un acceso soberano y útil” al mar para Bolivia.

Si sumamos el actual entendimiento ideológico que acerca mucho más a La Paz con los pesos pesados de la región, Santiago se vería en una situación de mayor aislamiento al que tuvo en aquella oportunidad; sensación no menor al contar con una historia llena de conflicto y tensiones con sus vecinos inmediatos, que aún persiste en la memoria colectiva y en la opinión pública de los pueblos.

 

Reflexiones

 

Bolivia y Chile serán por siempre vecinos naturales, ante esto, encontrar una solución satisfactoria es obviamente antes beneficiosa que costosa. Pero para poder alcanzar este acuerdo, ambos países necesitan dejar atrás los viejos modos de percibirse mutuamente, más propios del siglo XIX que de nuestro siglo, y comprenderse no como enemigos, sino como partes de un todo mayor que los necesita unidos.

Además, si ambas naciones se ven como protagonistas plenos de la región latinoamericana y toman conciencia de compartir intereses, cuentan con más posibilidades de solucionar el conflicto. En esta línea se dirige la estrategia que busca aprovechar la necesidad de Brasil de acceder al océano Pacífico como una herramienta para resolver la disputa. Este gigante necesita acceder a dicho océano por una ruta más corta que pase por Bolivia, paralelamente esta estrategia también satisface el interés de Chile por acceder al Océano Atlántico y da cuenta de la comunidad de intereses regionales.

Inevitablemente el conflicto no puede considerarse como un tema bilateral; en este sentido se expresa Loreto Correa[7] al señalar que “en rigor, si Chile firmase un nuevo tratado de límites con Bolivia, prácticamente se obligaría a firmar uno nuevo con Perú”, lo que volvería nuevamente complejo el tema, ya que las negociaciones y, por ende, la bilateralidad, se transformaría en un tema tripartito.

La solución que se tome debe ser pragmática, pero contemplando las aspiraciones de los pueblos en el largo plazo; y en esto es esencial que los gobiernos cuenten con buena voluntad.

 


NOTE:

[1] Nombre con el que es conocida la sede del Gobierno boliviano.


[2] Panorámica Social. “La forzada mediterraneidad de Bolivia”. Disponible en Internet: http://panoramicasocial.com/relaciones-internacionales/12-america/237-la-forzada-mediterraneidad-de-bolivia


[3] Sociólogo, académico de la Universidad Mayor de San Andrés, Bolivia.


[4] Ídem Panorámica Social.


[5] Ídem Panorámica Social.


[6] América economía. “Perú y Bolivia plantean una nueva relación con un pacto marítimo”. Disponible en Internet: http://www.americaeconomia.com/politica-sociedad/politica/peru-y-bolivia-plantean-una-nueva-relacion-con-un-pacto-maritimo


[7] Investigadora especializada en las relaciones chileno-bolivianas del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago.

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Dal “Mare Nostrum” al “Gallinarium Americanum”. Basi USA in Europa, Mediterraneo e Vicino Oriente

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Dal numero 3/2005, Il Mediterraneo, Alberto B. Mariantoni
 
 
La sconfitta militare delle potenze dell’Asse nella Seconda guerra mondiale non ha solamente determinato il crollo del regime fascista italiano e di quello nazionalsocialista tedesco. Quell’evento ha piuttosto spianato la strada a due particolari e drammatici “effetti collaterali”:

 

    1. da un lato, infatti, ha permesso un decisivo sviluppo della principale Superpotenza militare del mondo, che oggi non fa più mistero delle sue mire egemoniche di dominio unipolare: gli Stati Uniti d’America[1];

 

    2. dall’altro, ha direttamente o indirettamente provocato l’inevitabile fine della libertà, dell’indipendenza e dell’autodeterminazione, nonché della sovranità politica, economica, culturale e militare della totalità delle Nazioni mediterranee (e non solo).

 

Il dato fondamentale che va posto all’attenzione di tutti coloro che individuano nel ripristino delle suddette istanze l’obiettivo principale di un decisivo impegno politico-culturale, è che ancora oggi – nonostante l’ultimo Conflitto mondiale sia ufficialmente terminato sessant’anni fa, e, a sua volta, la Guerra fredda si sia conclusa sin dal 1990 – le originarie strutture militari[2] che, dopo l’8 Maggio 1945, gli Stati Uniti d’America avevano deciso di mantenere o di stabilire in Europa ed all’interno di alcuni paesi del bacino mediterraneo e dell’area vicino-orientale, continuano imperterrite (dopo essersi quasi triplicate nel numero, avere largamente ampliato la loro sfera d’influenza all’interno ed all’esterno dei nostri territori e notevolmente incrementato – nel tempo – la loro iniziale potenzialità logistica ed operativa) ad occupare e a dominare (o quantomeno, a minacciare militarmente da vicino e ricattare politicamente) l’insieme della nostra area geopolitica.

 

Come tutti sanno, appunto, tra il 1945 ed il 1990, gli Stati Uniti – con la scusa della “lotta contro il comunismo” e della difesa ad oltranza del cosiddetto “mondo libero” (che – se erano in buona fede – potevano, invece che da Sigonella, benissimo difendere dall’Alaska, ex territorio russo, che si trovava e si trova praticamente ad un “tiro di schioppo” dall’allora frontiera territoriale dell’Unione Sovietica!) – si sono semplicemente mantenuti, con la complicità e la connivenza (o semplicemente, grazie all’incapacità o all’inconsistenza?) dei nostri governanti, sulle posizioni militari che avevano acquisito durante la Seconda guerra mondiale. E dopo avere terminato di insediare le loro basi “difensive” all’interno dei nostri territori, le hanno principalmente utilizzate per controllare, assoggettare e/o ricattare militarmente, politicamente ed economicamente la totalità dei paesi del nostro specifico scacchiere.

 

Tra il 1990 ed il 2000, inoltre, nonostante non esistesse più il “pericolo comunista” e l’Urss ed i regimi filo-sovietici dell’Europa orientale fossero già crollati, gli Stati Uniti – con il pretesto della Guerra del Golfo (1990-1991)[3], dell’intervento internazionale in Somalia (1993-94) e dei diversi “Conflitti balcanici” (1992-2000) – sono riusciti, dapprima, a rendere psicologicamente indispensabili l’insieme delle loro basi agli occhi dell’opinione pubblica dei nostri paesi e, in un secondo tempo – con la successiva creazione ad hoc di nuovi e pericolosi focolai di guerra e di destabilizzazione politica e militare all’interno dei nostri territori[4] – a farle addirittura considerare essenziali alla sicurezza militare ed alla stabilità politica delle nostre Nazioni (e dunque, insopprimibili), dall’insieme dei nostri rispettivi governi.

 

Infine, tra il 2001 ed i nostri giorni – sfruttando l’ondata di sentita emozione che aveva fatto seguito agli (auto?) attentati dell’11 Settembre 2001[5] e coinvolgendo (con la scusa delle famose “armi di distruzione di massa” di Saddam… che nessuno, fino ad ora, è mai riuscito a scovare!) alcuni paesi europei nella loro invasione/occupazione dell’Iraq (2003)[6] – gli Stati Uniti, non solo hanno imposto una vera e propria proliferazione della loro presenza militare[7] all’interno del nostro continente (installazione di numerose basi statunitensi nell’Est europeo e all’interno della maggior parte delle ex Repubbliche musulmane sovietiche), ma – dopo essersi auto-proclamati campioni indiscussi della “Guerra infinita” (sic) al “terrorismo internazionale”; avere pretestuosamente invaso l’Afghanistan; avere largamente ed opportunisticamente accreditato, in Occidente, la falsa e pretestuosa idea di un impellente ed inevitabile “scontro di civiltà” con le popolazioni musulmane della sponda Sud del Mediterraneo e del resto del Vicino Oriente; avere seminato, a piene mani, instabilità e sovvertimento[8] all’interno del nostro spazio geopolitico – hanno ugualmente incominciato a pretendere, dall’insieme dei nostri governi, il completo e non negoziabile allineamento ideologico, politico e militare sulla discutibile ed avventuristica politica d’espansione militare (per fini economici interni…)[9] che la loro Amministrazione ha recentemente (e per l’ennesima volta) deciso di adottare e/o di mettere in pratica[10].

 

Ora, per rendersi conto del reale significato delle “Liberazioni” che gli Stati Uniti ci avrebbero dispensato, nonché per toccare con mano la triste ed umiliante condizione di “polli in batteria”[11] che i responsabili pro-tempore della Casa Bianca hanno avuto la lungimiranza e “magnanimità” di riservare ai nostri Popoli ed alle nostre Nazioni, basta dare una rapida occhiata alle pagine che seguono, nelle quali sono elencate le Basi militari statunitensi[12] che costellano attualmente il Continente europeo, il Bacino mediterraneo e l’Area vicino orientale.
 
 
Basi USA in Europa [13] (da Nord a Sud). Tra le più importanti:
 
 

  • ISLANDA: NAS Keflavik (Reykjanes – US-Navy – US-Air Force).

 

  • ESTONIA, LATVIA, LITHUANIA : attualmente sono in costruzione almeno 22 Basi militari e 6 Basi navali NATO[14], su controllo statunitense (Mare Baltico – US-Air Force; US-Navy; US-Army; NSA[15]).

 

  • NORVEGIA: Sola Sea Air Base (US-Air Force); Stavanger Air Base (US-Air Force); Flesland Air Base (Bergen – US-Air Force).

 

  • GRAN BRETAGNA: (all’incirca 30 basi –  US-Air-Force, US-Navy, US-Army) – nome della base: Lakenheath (località: Lakenheath; provincia o regione: Suffolk – US-Air Force); Mildenhall (Mildenhall, Suffolk – US-Air Force); Alcombury (Huntingdon, Cambridgeshire – US-Air Force); Molesworth (Huntingdon, Cambridgeshire – US-Air Force); Thrapston (Huntingdon, Cambridgeshire – US-Air Force); Upwood (Ramsey, Cambridgeshire – US-Air Force); Fairford (Fairford, Gloucestershire – US-Air Force); Feltwell (Thetford, Norfolk – US-Air Force); Croughton (Croughton, Northamptonshire – US-Air Force); senza contare le Basi di supporto logistico di: Barford St John (US-Air Force); Bicester (US-Air Force); Chelveston/Rushden (US-Air Force); Eriswell (US-Air Force); Ipswich (US-Air Force); Newbury (US-Air Force); Newmarket (US-Air Force); Stanton (US-Air Force); Thetford (US-Air Force); Yildenhall (US-Air Force); London (US-Navy); St. Mawgan (US-Navy); Hythe (US-Army).

 

  • OLANDA: Soesterberg Air Base (US-Air Force); Eygelshoven (US-Army); Brunssum (US-Army); Schinnen (US-Army); Vriezenveen (US-Army); Rotterdam (US_Navy – US-Army); più altri 4 insediamneti[16]..

 

  • BELGIO: Bruxelles (Comando Nato); Mons (SHAPE Headquarters – Forze alleate in Europa – US-Army); Chievres (80° Air Support Group – US-Air Force); Brasschaat (Brasschaat – US-Air Force); Gendebien (US-Army);  Kleine Brogel Air Base (US-Air Force); Florennes Air Base (US-Air Force); Anversa (US-Navy); più una decina di altri insediamenti.

 

  • LUSSEMBURGO: Sanem (Esch-Alzette – US-Army); Bettembourg (Luxemburg – US-Army).

 

  • DANIMARCA: Thule Air Base (Thule, Groenlandia);.Karup Air Base (Karup – US-Air Force).

 

  • GERMANIA: (all’incirca 70 basi – Air-Force, US-Navy, US-Army – con una presenza di all’incirca 60’000 militari) – La maggior parte delle Basi USA sono concentrate nelle regioni di: Baden-Wuerttemberg, Renania-Palatinato, Assia e Baviera. Tra le sedi dei Comandi più importanti figurano :

 

–       Ramstein[17] (Ramstein, Rheinland-Pfalz – US-Air Force): da questo Comando dipendono i Sub-comandi di: Brasschaat (Mannheim-Sandhofen, Baden-Wuerttemberg); Patton Barracks[18] (Heidelberg, Baden-Wuerttemberg); Stuttgart (Stuttgart-Echterdingen, Baden-Wuerttemberg); Giebelstadt (Giebelstadt-Wuerzburg, Bayern); Grafenwoehr (Grafenwoehr, Bayern); Hohenfels-CMTC (Hohenfels-Regensburg, Bayern); Katterbach Barracks (Ansbach, Bayern); Storck Barracks (Illesheim, Bayern); Schweinfurt-Conn Barracks (Schweinfurt, Bayern); Armstrong Army Heliport (Buedingen, Hessen); Hanau-Fliegerhorst (Hanau, Hessen); Wiesbaden (Wiesbaden-Erbenheim, Hessen); Rhein-Main (Frankfurt/Main, Hessen); Geilenkirchen (Teveren, Nordrhein-Westfalen); Ramstein (Ramstein, Rheinland-Pfalz); Sembach (Kaiserslautern, Rheinland-Pfalz); Einsiedlerhof (Kaiserslautern, Rheinland-Pfalz); nonché le Basi aere di: Ramstein-Landstuhl (Ramstein, Rheinland-Pfalz); Rhein-Main Frankfurt, Spangdahlem (Spangdahlem, Rheinland-Pfalz), Büchel e Siegenburg-Mühlausen;

 

–       Heidelberg[19] (località: Heidelberg; regione: Baden-Wuerttemberg – US-Army) Divisioni: 1st Armored Division, Weisbaden; 1st Infantry Division, Wurzburg; 2nd Brigade, 1st Armored Division, Buamholder; 7th Army Reserve Command (ARCOM), Schwetzingen; Corpi d’Armata: V° Corps, Heidelberg; Comandi: U.S. Army Europe (USAREUR); Combat Maneuver Training Center; Landstuhl Regional Medical Center; nonché le caserme: Hammonds Barracks, Campbell Barraks, Tompkins Barracks, Stem Barracks, Hammond Barracks – più 10 altri insediamenti della US-Army;

 

–       Brasschaat[20] (Mannheim-Sandhofen, Baden-Wuerttemberg), con le seguenti caserme: Coleman Barracks, Spinelli Barracks, Turley Barracks, Sullivan Barracks, Funari Barracks – più altri 11 insediamenti US-Army nella stessa regione;

 

–       Stuttgart (Stuttgart-Echterdingen, Baden-Wuerttemberg – US-Army), con le seguenti caserme: Kelley Barracks, Robinson Barracks, Patch Barracks– più altri 13 insediamenti US-Army;

 

–       Hanau  (Hanau, Hessen – US-Army), con le seguenti caserme: Argonen Barracks, Fliegerhorst Barracks Pionier Barracks, Utier Barracks, Wolfgang Barracks, Yorkhof Barracks – più altri 6 insediamenti US-Army;

 

–     Wiesbaden (Wiesbaden-Erbenheim, Hessen ), Comando Intelligence Militare – più altri 9 insediamenti US-Army;

 

–       Rhein-Main (Frankfurt/Main, Hessen) – almeno 2 insediamenti US-Army e 2 US-Air Force;

 

–       Einsiedlerhof (Kaiserslautern, Rheinland-Pfalz) con le seguenti caserme: la GE-642 Armoured-Forces Barracks, Danner Barracks, Pulaski Barracks Rhine Barracks, Kleber Barracks – più altri 8 insediamenti US-Army e 4 US-Air Force;

 

–       Oltre ai Distaccamenti: Pendleton Barracks di Giessen (US-Army); Sheridan Barracks di Garmisch (US-Army); Larson Barracks di Kitzingen (US-Army); Johnson Barracks di Nürnberg (US-Army); Rose Barracks di Bad Kreuznach (US-Army); Pond Barracks di Amberg (US-Army); Warner Barracks di Bamberg (US-Army); Storck Barracks di Windsheim (US-Army); Smith Barracks di Baumholder (US-Army); McCully Barracks di Mainz (US-Army); Ledward Barracks di Schweinfurt (US-Army); Amstrong Barracks di Dexheim (US-Army); Anderson Barracks di Büdingen (US-Army);l’Eliporto di Landstuhl (US-Army), ecc.

 

  • POLONIA: Krzesiny Air base (regione di Poznan – US-Air Force); Gdansk (facilità portuali – US-Navy).

 

  • FRANCIA[21]: Istres Air Base (Marsiglia – Base logistica e di rifornimento US-Air Force), nonché Marsiglia e Tolone (facilità portuali  – US-Navy).

 

  • UNGHERIA: Taszár Air Base (Pecs/Paych – US-Air Force); Kaposvar Air Field (UH-60 Black Hawk helicopters e 127º Aviation Support Battalion – US-Army).

 

  • ITALIA: all’incirca 111 Basi USA[22] (US-Air Force, US-Navy, US-Army, NSA) e NATO (North Atlantic Treaty Organization o “Patto Atlantico”). Chi “comanda”, dunque, in Italia? Ecco la patriottica e provocatoria domanda che i cittadini degni di questo nome, dovrebbero insistentemente e sistematicamente porre ai nostri super-mediatizzati e farisaici politici di “destra”, di “centro” o di “sinistra”, nonché di “estrema-destra” e di “estrema-sinistra”!

 

Tra le basi USA più conosciute e meno conosciute, da Nord a Sud della Penisola:

 

Cima Gallina (BZ): Stazione telecomunicazioni e radar dell’US-Air Force (USAF).

Aviano Air Base (Pordenone, Friuli – US-Air Force): la 16ma Forza Aerea ed il 31° Gruppo da caccia dell’Aviazione U.S.A., nonché uno squadrone di F-18 dei Marines.

Roveredo in Piano (PN): Deposito armi e munizioni USA ed istallazione US-Air Force.

Monte Paganella (TN): Stazione telecomunicazioni USAF.

Rivolto (UD): Base USAF.

Maniago (UD): Poligono di tiro dell’US-Air-Force (USAF).

S. Bernardo (UD): Deposito munizioni dell’US-Army.

Istrana (TV): Base US-Air-Force (USAF).

Ciano (TV): Centro telecomunicazioni e radar USA.

Solbiate Olona (MI – Comando NATO Forze di pronto intervento – US-Army).

Ghedi (BS): Base dell’US-Air-Force (USAF).

Montichiari (BS): Base aerea (USAF).

Remondò (nel Pavese): Base US-Army.

Vicenza: Comando SETAF, Sud Europe Task Force; Quinta Forza aerea tattica (USAF); Deposito di testate nucleari.

Camp Ederle (provincia di Vicenza): Q.G. NATO; Comando SETAF dell’US-Army; un Btg. di obici e Gruppo tattico di paracadutisti USA.

Tormeno (San Giovanni a Monte, Vicenza): depositi di armi e munizioni.

Longare (Vicenza): importante deposito d’armamenti.

Verona: Air Operations Center (USAF). e Base NATO delle Forze di Terra del Sud Europa; Centro di telecomunicazioni (USAF).

Affi (VR): Centro telecomunicazioni USA.

Lunghezzano (VR): Centro radar USA.

Erbezzo (VR): Antenna radar NSA.

Conselve (PD): Base radar USA.

Monte Venda (PD): Antenna telecomunicazioni e radar USA.

Trieste: Base navale USA.

Venezia: Base navale USA.

San Anna di Alfaedo (VE): Base radar USA.

Lame di Concordia (VE): Base di telecomunicazioni e radar USA.

San Gottardo, Boscomantivo (VE): Centro telecomunicazioni USA.

Ceggia (VE): Centro radar USA.

Cameri (NO): Base aerea USA con copertura NATO.

Candela-Masazza (Vercelli): Base d’addestramento dell’US-Air-Force e dell’US-Army, con copertura NATO.

Monte S. Damiano (PC): Base dell’USAF con copertura NATO.

Finale Ligure (SV): Stazione di telecomunicazioni dell’US-Army.

Monte Cimone (MO): Stazione telecomunicazioni USA con copertura NATO.

Parma: Deposito dell’USAF con copertura NATO.

Bologna: Stazione di telecomunicazioni del Dipartimento di Stato Americano.

Rimini: Gruppo logistico USA per l’attivazione di bombe nucleari.

Rimini-Miramare: Centro telecomunicazioni USA.

Potenza Picena (MC): Centro radar USA con copertura NATO.

Livorno: Base navale USA.

La Spezia: Centro antisommergibili di Saclant.

San Bartolomeo (SP): Centro ricerche per la guerra guerra sottomarina.

Camp Darby (tra Livorno e Pisa): 8° Gruppo di supporto USA e Base dell’US Army per l’appoggio alle Forze statunitensi al Sud del Po, nel Mediterraneo e nell’Africa del Nord.

Coltano (PI): importante base USA/NSA per le telecomunicazioni; Deposito munizioni US-Army; Base NSA.

Pisa (aeroporto militare): Base saltuaria dell’USAF.

Monte Giogo (MS): Centro di telecomunicazioni USA con copertura NATO.

Poggio Ballone (GR) – tra Follonica, Castiglione della Pescaia e Tirli: Centro radar USA con copertura NATO.

Talamone (GR): Base saltuaria dell’US-Navy.

La Maddalena-Santo Stefano (Sassari): Base atomica USA, Base di sommergibili, Squadra navale di supporto alla portaerei americana «Simon Lake».

Monte Limbara (tra Oschiri e Tempio, Sassari, in Sardegna): Base missilistica USA.

Sinis di Cabras (SS).: Centro elaborazioni dati (NSA).

Isola di Tavolara (SS): Stazione radiotelegrafica di supporto ai sommergibili della US Navy.

Torre Grande di Oristano: Base radar NSA.

Monte Arci (OR): Stazione di telecomunicazioni USA con copertura NATO.

Capo Frasca (OR): eliporto ed impianto radar USA.

Santulussurgiu (OR): Stazione telecomunicazioni USAF con copertura Nato.

Perdas de Fogu (NU): base missilistica sperimentale.

Capo Teulada (CA): da Capo Teulada (CA) a Capo Frasca (OR): all’incirca 100 km di costa, 7.200 ettari di terreno e più di 70.000 ettari di zone Off Limits: poligono di tiro per esercitazioni aeree ed aeronavali della Sesta flotta americana e della Nato.

Decimomannu (CA): aeroporto Usa con copertura Nato.

Aeroporto di Elmas: Base aerea dell’US-Air-Force.

Salto di Quirra (CA): poligoni missilistici.

Capo San Loremo (CA): zona di addestramento per la Sesta flotta USA.

Monte Urpino (CA): Depositi munizioni USA e NATO.

Cagliari: Base navale USA.

Roma-Campino (aeroporto militare): Base saltuaria USAF.

Rocca di Papa (Roma): Stazione telecomunicazioni USA con copertura NATO.

Monte Romano (VT): Poligono saltuario di tiro dell’US-Army.

Gaeta (LT):  Base permanente della Sesta Flotta USA e della Squadra navale di scorta alla portaerei «La Salle».

Casale delle Palme (LT): Scuola telecomuncicazioni NATO su controllo USA.

Napoli: Comando del Security Force del corpo dei Marines; Base di sommergibili USA; Comando delle Forze Aeree USA per il Mediterraneo.

Napoli-Capodichino: Base aerea dell’US-Air-Force.

Monte Camaldoli (NA): Stazione di telecomunicazioni USA.

Ischia (NA): Antenna di telecomunicazioni USA con copertura Nato.

Nisida: Base US-Army.

Bagnoli: Centro controllo telecomunicazioni Usa per il Mediterraneo.

Agnano (nelle vicinanze del famoso ippodromo): Base dell’US-Army.

Cirigliano.(NA): Comando delle Forze Navali USA in Europa.

Licola (NA): Antenna di telecomunicazioni USA.

Lago Patria (CE): Stazione telecomunicazioni USA.

Giugliano (vicinanze del lago Patria, Caserta): Comando STATCOM.

Grazzanise (CE): Base saltuaria USAF.

Mondragone (CE): Centro di Comando USA e NATO sotterraneo antiatomico.

Montevergine (AV): Stazione di comunicazioni USA.

Pietraficcata (MT): Centro telecomunicazioni USA/NATO.

Gioia del Colle (BA): Base aerea USA di supporto tecnico.

Punta della Contessa (BR): Poligono di tiro USA/NATO.

San Vito dei Normanni (BR): Base del 499° Expeditionary Squadron; Base dei Servizi Segreti: Electronics Security Group (NSA).

Monte Iacotenente (FG): Base del complesso radar Nadge.

Brindisi: Base navale USA.

Otranto: Stazione radar USA.

Taranto: Base navale USA; Comando COMITMARFOR; Deposito USA/NATO.

Martina Franca (TA): Base radar USA.

Crotone: Stazione di telecomunicazioni e radar USA/NATO.

Monte Mancuso (CZ): Stazione di telecomunicazioni USA.

Sellia Marina (CZ): Centro telecomunicazioni USA con copertura NATO.

Sigonella (CT): importante Base aeronavale USA (oltre ad unità della US-Navy, ospita diversi squadroni tattici dell’US-Air-Force: elicotteri del tipo HC-4, caccia Tomcat F14 e A6 Intruder, nonché alcuni gruppi di F-16 e F-111 equipaggiati con bombe nucleari del tipo B-43, da più di 100 kilotoni l’una!).

Motta S. Anastasia (CT): Stazione di telecomunicazioni USA.

Caltagirone (CT): Stazione di telecomunicazioni USA.

Vizzini (CT): Diversi depositi USA.

Isola delle Femmine (PA): Deposito munizioni USA/NATO.

Punta Raisi (Aeroporto): Base saltuaria dell’USAF.

Comiso (Ragusa – insediamento US-Air Force).

Marina di Marza (RG): Stazione di telecomunicazioni USA.

Monte Lauro (SR): Stazione di telecomunicazioni USA.

Sorico: Antenna NSA.

Augusta (SR): Base della VI Flotta USA e Deposito munizioni.

Centuripe (EN): Stazione di telecomunicazioni USA.

Niscemi (Sicilia): Base del NavComTelSta (stazione di comunicazione US-Navy).

Trapani: Base USAF con copertura NATO.

Pantelleria: Centro telecomunicazioni US-Navy e Base aerea e radar NATO.

Lampedusa: Base della Guardia costiera USA; Centro d’ascolto e di comunicazioni NSA.

 

  • SPAGNA: NAS Rota (Rota, Cadice – US-Navy – US-Army); Moron Air Base (Moron de la Frontiera, Siviglia – US-Air Forces); Torrejion Air Base (vicino Madrid – US-Air Force); Zaragoza Air Base (US-Air Force); San Vito (US-Air Force); nonché le Basi navali di appoggio e di facilità portuarie di: Alicante, Barcellona, Benidorm, Cartagena, Malaga, Palma de Maiorca (US-Navy).

 

  • PORTOGALLO: Horta (Falai Island, Azores – US-Navy); Lajes Field Air Base (Terceira Island, Azores – US-Air Force); San Miguel (Azores – US-Air Force); Villa Nova (Azores – US-Air Force); Santa Maria (Azores – US-Air Force); Praia Da Victoria (Azores – US-Air Force); San Jorge (US-Navy); più una decina di distaccamenti della US-Navy e della US-Army (Azores).

 

  • BOSNIA ERZEGOVINA: Camp Comanche (Tuzla – US-Army); Camp Eagle (Tuzla – US-Army); Camp Dobol (US-Army); Camp McGovern (Brcko – US-Army).

 

  • KOSSOVO: Camp Bondsteel (Urosevac – US-Army).

 

  • MONTENEGRO: Camp Monteith (Gnjilane – US-Army).

 

  • MACEDONIA: Camp Able Sentry (Skopje – US-Army).

 

  • ROMANIA: Costanza (Mar Nero – US-Navy – US-Air Force); Mihail Kogalniceanu Air Base (US-Air Force); Agigea (in costruzione – US-Navy) ; Babadag (in costruzione – US-Army).

 

  • BULGARIA: Sarafovo Air Base (Burgas – Gruppo del 49° Expeditionary Corp – US-Air Force); Camp Sarafovo (US-Army); Bezmer e Novo Selo (due basi in costruzione – US-Army).

 

  • GEORGIA: Base navale (informale) di Supsa (Mar Nero – US-Navy).

 
 
Basi USA nel  Sud del Mediterraneo
 
 

  • GRECIA: Iraklion/Eleusis (Atene – US-Navy); Hellenikon Air Base (nei pressi di Atene – US-Air Force); Aktion (Costa ionica – US-Air Force); Souda Bay (Chania, Creta – US-Navy); nonché le Basi appoggio e di facilità portuaria di Corfù e Rodi (US-Navy).

 

  • CIPRO GRECA: Nicosia (base logistica saltuaria – US-Air Force); Larnaca (facilità portuarie – US-Navy).

 

  • TURCHIA: Ankara (Comando US-Air Force); Batman Air Base (US-Air Force); Buyuk-Cigli Air Base (US-Air Force); Incirlick-Adana (39º Air Expeditionary Wing – US-Air Force); nonché le Basi aeree di Izmir, Corlu, Konya, Diyarbakir e Mus (US-Air Force) e le Basi di appoggio e di facilità portuaria di Istambul, Izmir, Mersin e Iskenderun (US-Navy) – più una decina di altri insediamenti US-Army.

 

  • CIPRO TURCA: Famagosta (US-Navy); Rizocarpaso (NSA)

 

  • EGITTO: Cairo (3º NavMedRschu – US-Navy); Alessandria (US-Navy); Hurgada (Mar Rosso – US-Navy);

 

  • ISRAELE: Haifa (US-Navy).

 

Questo, naturalmente, senza prendere in conto le facilità di attraversamento dello spazio aereo, di atterraggio, di rifornimento e di supporto logistico accordate – de iure o de facto – agli aerei ed agli elicotteri militari dell’US-Air Force (com’è accaduto nel corso dell’aggressione all’Iraq nel 2003), dalla Svizzera, dall’Irlanda, dall’Austria, dalla Slovacchia, dalla Repubblica Ceca, dalla Slovenia, dalla Croazia, dalla Georgia, ecc.; né tanto meno dimenticare le facilità d’ormeggio e di rifornimento permanenti o saltuarie concesse usualmente all’US-Navy dal Marocco, Tunisia, Gibilterra e Malta.
 
 

Basi USA nel Vicino Oriente ed Oceano Indiano
 
 

Da Nord a Sud, tra le più importanti:

 

  • KIRGHIZISTAN: Manas/Ganci (regione di Bishkek – US-Air Force); Qarshi Hanabad (86º Rapid Deployment Unit – US-Army)

 

  • UZBEKISTAN: Kandabad Air Base (Karshi – US-Air Force); Karshi Barracks (10ª Divisione di montagna – US-Army).

 

  • AZERBAIGIAN :  Kurdamir, Nasosnaya, Guyullah (3 Basi aeree in corso di ammodernamento/realizzazione – US-Air Force).

 

  • TAGIKISTAN: Tagikistan Air Base (US-Air Force); Khojand, Kulyab, Turgan-Tiube (3 Basi US-Air Force e US-Army, in trattativa per la loro costruzione).

 

  • AFGHANISTAN; Mazar-e-Sharif Air Base (US-Air Force); Pul-i-Kandahar (Kandahar Air Field – US-Air Force), Shindand Air Base (Heart – US-Air Force); Khost Air Base (Paktia – US-Air Force); Bagram (Charikar, Parvan – BAF – US-Air Force); Kandahar (101ª Airborne Division – US-Army); Asadabad (US-Army); Heart (US-Army); Gardez (Paktia – US-Army); Mazar-e-Sharif (Task Force 121 – US-Army); Nimrouz (US-Army – in costruzione); Helmand (US-Army – in costruzione) – nonché le Basi di Orgun, Shkin e Sharan (provincia di Paktika – US-Army).

 

  • PAKISTAN: Dalbandin Air Base (US-Air Force); Jacobabad Air Base (US-Air Force); Pasni (US-Air Force); Shahbaz Air Base (US-Air Force); Jacobabad Camp (US-Army); Khowst (US-Army).

 

  • IRAQ: 14 Basi permanenti (“enduring” military bases – con la presenza di all’incirca 110’000 uomini – US-Army); Baghdad Air Base (US-Air Force); più le Speciali Basi di: Bashur (Kurdistan – US-Army) ; Talil (nei pressi dell’Aeroporto di Baghdad – US-Air Force) ; Base H-1 (deserto occidentale iracheno – US-Army) ; Nassiriya (Sud del paese – US-Army).

 

  • GIORDANIA: Muafaq Salti (US-Army);

 

  • KUWAIT: Ahmed al-Jaber Air Base (US-Air Force);  Ali Al Salem Air Base (US-Air Force); Camp Doha (US-Air Force); Camp Udairi (Kuwait-City – US-Army); Camp Doha (Ad-Dawhah – Quartier Generale della 3ª Armata – US-Army), Ali al-Salem (US-Army);

 

  • ARABIA SAUDITA: Prince Sultan Air Base  (alla periferia di Riad – US-Air Force); King Abdul Aziz Air Base (Dhahran – US-Air Force); Eskan Village Air Base (US-Air Force); King Fahd (Taif – US-Air Force); King Khaled (Khamis Mushayt – US-Air Force); Al-Kharj (US-Air Force); Exmouth (US-Navy); più 5 istallazioni US-Army.

 

  • EMIRATI ARABI UNITI: Al Dhafra/Sharjah (763º Squadrone dell’Expeditionary Air Refueling – US-Air Force); Al Dhafra Air Base (Abu Dhabi – US Air Force).

 

  • QATAR: Al Udeid (US-Air Force); Al-Sayliyah (US-Air Force);  

 

  • OMAN: Thumrait (305º Squadrone dell’Air Expeditionary Force – US-Air Force); Dhuwwah/Masirah Island (US-Air Force); Seeb (US-Air Force); Salalah (US-Air Force);

 

  • BAHREIN: Sheik Isa (Sitrah, Golfo Arabo-Persico – US-Air Force); Muharraq Air Field (US-Air Force); Juffar (Quartier Generale della Vª Flotta americana – US-Navy).

 

  • YEMEN: Base navale di Aden (US-Navy).

 

  • GIBUTI: (Corno d’Africa): Le Monier Barracks (US-Air Force); Gibuti/Le Monier (US-Navy).

 

  • DIEGO GARCIA: (Oceano Indiano): Diego Garcia Air Base (US-Air Force); Diego Garcia (Naval base and support facilities – US-Navy).

 
 
 
Basi  “Echélon” in Europa, Sud Mediterraneo e Vicino Oriente
 
 

Gestite e coordinate dal Comando generale statunitense della NSA (National Security Agency) di Fort Meade (nel Maryland), organizzate in cooperazione con i servizi segreti britannici GCHQ (Government Communications Head Quarters), canadesi CSE (Communications Security Establishment), australiani DSD (Defence Signals Directorate) e neo-zelandesi GCSB (Government Communications Security Bureau), e spesso mimetizzate sotto le mentite spoglie di banali imprese di telecomunicazioni private, le Basi d’ascolto, di spionaggio elettronico e d’elaborazione dati del programma americano Echélon (che già dispone – oltre alle usuali “stazioni” di spionaggio che sono integrate nella normale rete diplomatica e consolare statunitense nel mondo – di una ventina di satelliti spia della National Reconaissance Office – del tipo Keyhole, Mercury, Sigint, Parsae, Comint, Orion/Vortex, Mentor, Trompet, ecc. – e di una trentina di Boeing RC-135 che giorno e notte – da centinaia di chilometri, nel cielo – sono in grado di intercettare, registrare e controllare –  e, se necessario, “piratare” –  qualsiasi comunicazione radio, telefonica, fax, cellulare ed internet, e persino fotografare e decifrare, con altissima risoluzione – come nel caso dei satelliti “Advanced KH-11” e “KH-12” – l’indirizzo di una cartolina postale che state spedendo ad un vostro amico o conoscente!), coprono praticamente l’intero pianeta, con all’incirca 4’000 “antenne” disseminate nei diversi paesi (molte volte completamente all’oscuro di tutto) del mondo. In Europa, le principali Basi del programma Echélon – che agiscono sotto l’egida dei Comandi regionali USA di Morenstow e di Menmith Hill, in Gran Bretagna, e di Bad Aibling, in Germania (Baviera) – sono installate nelle seguenti località (da Nord a Sud): in Islanda: Keflavik; in Lituania: Vilnius; in Estonia: Tallinn; in Lettonia (Latvia): Ventspils; in Finlandia: Santahamina; in Svezia: Karlskrona, Muskö e Lovön; in Norvegia: Borhaug, Jessheim, Fauske/Vetan, Randaberg, Kirkenes, Skage/Namdalen, Vardo e Vadso;  in Gran Bretagna: Belfast (Irlanda du Nord), Brora e Hawklaw (Scozia), Chicksands, Culm Head, Cheltenham, Digby, Menwith Hill, Irton Moor, Molesworth, Morwenstow, Londra (Palmer Street); in Danimarca: Aflandshage, Almindingen, Dueodde-Bornholm, Gedser, Hjorring, Logumkloster; in Olanda: Amsterdam e Viksjofellet; in Germania: Frankfurt, Bad Aibling, Ahrweiler, Hof, Achern, Bad Münstereifel, Darmstadt, Braunschweig, Husum, Monschau, Mainz, Rheinhausen, Stockdorf, Pullach, Vogelweh; in Francia: Parigi (GIX: Global Internet Exchange), Strassburgo e Grenoble; in Austria: Neulengbach e Konigswarte; in Svizzera: Merishausen e Rüthi; in Croazia: isola di Brac ed aeroporto di Zagreb-Lucko; in Bosnia-Erzegovina: Tuzla; in Spagna: Playa de Pals, Pico de las Nieves (Grande Canaria), Manzanares e Rota; in Portogallo: Terceira Island (isole Azores); a Gibilterra (Gibraltar); in Albania: Tirana, Durazzo (Durrës) e Shkodër; in Grecia: Iráklion (Creta); nell’isola di Cipro: Ayios Nikolaos; in Turchia: Istanbul, Izmir, Adana, Agri, Antalya, Diyarbakir, Edirne, Belbasi, Sinop, Strait, Samsun; in Israele: Herzliyya (Q.G. dell’Unità 8200), Mitzpah Ramon, Monte Hermon, Golan Heights Monte Meiron; nel Pakistan: Parachinar; nel Kuwait: Kuwait-City e l’isola di Faylaka; in Arabia Saudita: Araz, Khafji; negli Emirati Arabi Uniti: Az-Zarqa, Dalma, Ras al-Khaimah e sull’isola di Sir Abu Nuayr; nell’Oman: Abut, Khasab, isole di Goat e di Masirah, penisola di Musandam; nello Yemen: isola di Socotra.

 

Diciamocelo francamente: gli Stati Uniti d’America, senza l’immane e tentacolare apparato militare che sono riusciti ad installare, mantenere e sviluppare all’interno dei nostri paesi – e senza la complicità[23] diretta o indiretta dei nostri prezzolati ed indegni uomini politici (rei, per quel loro comportamento, di Alto tradimento nei confronti delle nostre rispettive Patrie) – potrebbero continuare a ricattare militarmente e politicamente la nostra area geopolitica e, quindi, arbitrariamente pretendere di dominare economicamente e culturalmente l’insieme dei nostri Popoli e delle nostre Nazioni? Avrebbero potuto, in qualche modo, essere in grado di scatenare una nuova guerra contro l’Iraq (2003), per impadronirsi – a nostro diretto svantaggio e pregiudizio – della quasi totalità delle riserve petrolifere[24] del mondo? Potrebbero impunemente continuare a fomentare disordini e focolai di tensione in Europa, nei paesi del Mediterraneo ed in quelli del Vicino Oriente, per meglio giustificare il mantenimento sine die delle loro basi militari all’interno dei nostri territori? Certo che non potrebbero.

 

Allora, prendiamo coscienza del problema capitale delle nostre rispettive società: ovvero, l’effettivo problema che pregiudica ed impedisce qualunque nostro possibile, sperabile e concretizzabile sogno d’autentica e tangibile libertà, indipendenza, autodeterminazione e sovranità, sia come uomini, sia come popoli, sia come stirpi, sia come culture, sia come civiltà.
 
 
 

* Alberto Bernardino Mariantoni, politologo, scrittore e giornalista, è specialista in Economia Politica, Islamologia e Religioni del Medio Oriente. Per diciotto anni, collaboratore di “Panorama” ed oltre venti, Corrispondente permanente presso le Nazioni Unite di Ginevra.

 
 
Questo articolo è stato pubblicato su EURASIA – Rivista di Studi Geopolitici – Anno IIº – Numero 3 – Ottobre/Dicembre 2005 – pp. 81-94.



 
 
NOTE:
 
[1] Una potenza che – secondo il “Bases Structure Report 2002” del Dipartimento statunitense della Difesa – possederebbe più di 720 Basi militari disseminate nel mondo.

[2] Secondo C.T. Sandars, il Presidente Harry Truman, nel corso della Conferenza di Potsdam del 7 Agosto 1945. avrebbe dichiarato quanto segue :“Benchè gli Stati Uniti non desiderino profitto o vantaggio egoista da questa guerra, manterremo le basi militari necessarie per la protezione completa dei nostri interessi e della pace del mondo. Le basi che i nostri esperti militari riterranno essere essenziali per la nostra protezione, noi le acquisteremo. Le acquisteremo tramite consistenti arrangiamenti e con l’autorizzazione delle Nazioni Unite” (C.T. Sandars,“America’s Overseas Garnisons: The Leasehold Empire”, Oxford University Press, Oxford, 2000, pag. 5). E’ stato proprio così?

[3] In merito, si legga il mio studio Gli occhi bendati sul Golfo, Jaca Book, Milano, 1991.

[4] Sostegno militare, politico ed economico statunitense all’instaurazione, nel cuore stesso dell’Europa, di compagini musulmane – in Bosnia, in Albania e nel Kosovo – strettamente infeudate a Washington secondo la strategia della “dorsale verde”, un cuneo islamico da porre tra l’Europa centro-occidentale e la Russia;; senza dimenticare l’appoggio incondizionato della Casa Bianca ai “falchi” d’Israele e la sua chiara volontà di mettere i “bastoni tra le ruote” ad una qualunque soluzione pacifica e negoziata della “Questione palestinese”.

[5] Molto importante è il libro di Marina Montesano, Mistero americano. Ipotesi sull’11 settembre (Dedalo, Bari, 2004), che semplicemente mettendo a confronto le notizie apparse su fonti a stampa britanniche e statunitensi (e non le opere dei fautori del “complotto”) dimostra quantomeno che la versione ufficiale sull’11 settembre non sta assolutamente in piedi.

[6] Secondo la Risoluzione 3314 dell’Assemblea Generale delle Nazioni Unite (Dicembre 1974), l’invasione militare anglo-americana dell’Iraq del 2003 poteva senz’altro essere considerata una “guerra di aggressione” ed un “crimine contro la pace”.  Come mai l’ONU non ha ritenuto opportuno applicarla (o almeno evocarla) nei confronti di Washington e di Londra?

[7] Notizia ufficialmente annunciata dal Generale James Jones, Comandante dell’U.S. European Command, in un’intervista rilasciata alla rivista Jane’s Defence Weekly (29 Ottobre 2003), in questi termini : “La rete delle basi degli Stati Uniti in Europa deve cambiare per venire a contatto con l’odierna situazione geopolitica, dove il grande-Vicino Oriente si ritiene che sia il centro geografico di interesse”.

[8] In particolare: incoraggiamento e supporto – a discapito degli interessi di Mosca – alla guerriglia cecena (sottobanco, naturalmente…); al nuovo corso “liberista” in Georgia; alla “rivoluzione arancione” in Ucraina ed ai diversi tentativi di destabilizzazione politica in Bielorussia; incitamento ed aiuti finanziari alle fazioni anti-siriane del Libano, a danno dell’influenza di Damasco nella regione; minaccia (e preparativi?) di intervento militare contro l’Iran, ecc.

[9] E’ comunque curioso… che, fino ad oggi, nessun giornalista o ricercatore dell’Europa, del Vicino-Oriente e/o del mondo, abbia avuto l’idea di accertare dove possano realmente andare a finire, dal 2003, i ricavati della vendita giornaliera di all’incirca 3 milioni di barili di petrolio iracheno (ad una media di 50 USD al barile, lascio fare il conto al lettore!). Visto, in  particolare, che quelle importanti quantità di “oro nero” sono, ogni giorno, regolarmente immesse sui mercati internazionali e la relativa “manna finanziaria” non finisce assolutamente nelle casse dell’attuale “Stato fantoccio” dell’Iraq!

[10] Per fugare ogni dubbio sul fatto che gli odierni gli Stati Uniti costituiscano una cesura con la loro storia precedente e persuadersi invece che se dal principio le intenzioni sono quelle che oggi si palesano, si leggano i segg. studi di John Kleeves: Vecchi trucchi, Il Cerchio, Rimini, 1991; Un paese pericoloso. Storia non romanzata degli Stati Uniti d’America, Barbarossa, Milano, 1998. Ancora di un certo interesse è il volume Il male americano, di Giorgio Locchi e Alain De Benoist, LedE, Roma, 1978.

[11] Confinati, naturalmente, all’interno di quel vasto “pollaio” (in latino: gallinarium, ii), dai fili spinati artatamente occultati o strumentalmente mascherati, che abbiamo ormai preso la spensierata ed irresponsabile abitudine – tra un usuale “stridere”o un “crocchiare” ed un saltuario e contingente”schiamazzare”… – di considerare il massimale e privilegiato perimetro della nostra individuale e collettiva “libertà”, “indipendenza”, “autodeterminazione” e “sovranità” politica, economica, culturale e militare!

[12] Elenco aggiornato a Giugno 2005.

[13] Come riporta il sito web Kelebek http://www.kelebekler.com (articolo intitolato: “Hiroshima, Italia. Le nostre armi di distruzione di massa”), Hans Kristensen, uno specialista del Natural Resources Defense Council (NRDC) ed autore di un rapporto sulle armi atomiche in Europa, ha rivelato al quotidiano L’Unità (10.02.2005) che sul nostro Continente ci sarebbero attualmente “ben 481 bombe nucleari, dislocate in Germania, Gran Bretagna, Italia, Belgio, Olanda e Turchia. In Italia ve ne sono 50 nella base di Aviano e altre 40 in quella di Ghedi Torre, in provincia di Brescia”.

[14] North Atlantic Treaty Organization.

[15] National Security Agency

[16] Per insediamenti, bisogna intendere: medi e piccoli acquartieramenti militari, basi per il lancio di missili, depositi (per carri armati, automezzi, artiglieria, munizioni e pezzi di ricambio), stazioni d’ascolto e/o radio, nonché villaggi, ospedali, centri di riposo e di svago per il personale civile e militare statunitense che è permanentemente basato nel paese.

[17] Sede del Quartier Generale della US-Air Force.

[18] Caserma o acquartieramento importante (in inglese: “Barracks”).

[19] Sede del Quartier Generale della US-Army.

[20] Quando è citato soltanto il nome della città, in neretto, trattasi di sede di Comando regionale.

[21] Nonostante che la Francia, dal 7 Agosto 1966, rifiuti ufficialmente di ospitare Basi USA o NATO.

[22] Gli USA sono riusciti ad impiantare le loro Basi, in Italia – e continuano indisturbati a mantenerle e ad aumentarle – sulla base di: 1)- Le clausole segrete della “Convenzione d’Armistizio” del 3 Settembre 1943;  2)- Le clausole segrete del “Trattato di pace” imposto all’Italia, il 10 Febbraio del 1947 (Parigi);  3)- Il “Trattato NATO” firmato a Washington il 4 Aprile 1949, entrato in vigore il 1 Agosto 1949;  4)- “L’Accordo segreto USA-Italia” del 20 ottobre 1954 (Accordo firmato esclusivamente dai rappresentanti del Governo di allora e mai sottoposto alla verifica, né alla ratifica del Parlamento); 5)- Il “Memorandum d’intesa USA-Italia” o “Shell Agreement”  del 2 Febbraio 1995.

[23] Sarebbe peggio, se si trattasse soltanto di indolenza, noncuranza o inabilità!

[24] Situazione che potrebbe addirittura essere incrementata e completata, se gli USA decidessero (come stanno già facendo…) di continuare a destabilizzare la Repubblica Islamica d’Iran o (come sembra sia in programma…) di scatenare una vera e propria invasione/occupazione militare nei confronti di questo paese.

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Prospettive geopolitiche della politica venezuelana

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Senza dubbio Hugo Rafael Chávez Frías, attuale presidente della Repubblica Bolivariana del Venezuela, è un personaggio centrale nella dinamica delle relazioni internazionali nella regione. In questo articolo ci proponiamo di utilizzare alcuni elementi teorici che furono sviluppati dal filosofo economista Max Weber (1864-1920), che consideriamo utili per una comprensione più nitida del peso della funzione di guida del presidente venezuelano. L’analisi richiederebbe una maggiore trattazione per ottenere un esautiva comprensione della movimento “chavista”, ma gli elementi che apportiamo ci consentiranno di comprendere meglio la realtà interna del Venezuela e la sua proiezione in campo internazionale.

 

Nella prima sezione ci occupiamo della descrizione del processo di formazione della sua guida carismatica nel tempo, menzionando gli aspetti teorici descritti da Weber. Tenendo presente la forza política che è insita nella sua persona, analizzeremo nella seconda sezione la situazione interna venezuelana in vista delle elezioni presidenziali di ottobre ed infine volgeremo la nostra attenzione alla politica estera di Chávez. Ci serviremo infine del contributo di Roberto Russell e Juan G. Tokatlian [1] sui modelli di politica estera in America Latina.

 

I-La formazione del capo

 

Nel 1992 la società venezuelana, organizzata intorno al petrolio, era (e ancora rimane) profondamente polarizzata. L’oro nero sembrava un grande muro che separava i settori dell’ élite – beneficiarie delle risorse fiscali generate dalle attività – dalle masse per lo più vessate da ingiustizie sociali.

Il 4 febbraio Hugo Chávez irrompe sulla scena politica alla guida di un tentativo di colpo di Stato nei confronti del presidente Carlos Andrés Pérez. L’allora comandante del Battaglione Paracadutisti, consapevole della sconfitta, si assunse la responsabilità per il  movimento militare ribelle, ma da allora non sarebbe più tornato indietro: la formazione del suo “potere” ebbe inizio.

In prigione, la sua figura acquisirà le proprie caratteristiche di guida carismatica. Durante il soggiorno in carcere contribuisce alla stesura di un manifesto intitolato Come uscire dal labirinto, dove propone soluzioni alla grave crisi che colpisce i settori più deboli della popolazione venezuelana [2]. Di lì invia messaggi al popolo, chiedendone l’astensione dalle elezioni presidenziali del 1993; frattanto guadagna un maggiore sostegno e diventa come eroe popolare.

 

Max Weber definisce il carisma del capo come “(…) la qualità, straordinaria (…)” e specifica: “Il modo in cui sarebbe stata valutata “oggettivamente” la qualità in questione (…) è cosa del tutto indifferente rispetto al nostro concetto, perché ciò che conta è come si valora dai “dominati” carismatici, dai tifosi [3]”. Pertanto, per parafrasare Weber, il modo in cui sarebbe stato valutato oggettivamente il carisma di Chávez è indifferente, perché ciò che conta è essere valutato dai seguaci. In questo senso è innegabile che la maggioranza della società – stanca dell’emarginazione causata dall’ applicazione di misure economiche neoliberali – vide la figura di Chávez quale alternativa ad un sistema politico iniquo e di conseguenza gli diede il suo sostegno.

Le elezioni presidenziali del dicembre 1998 permisero a Chávez di fare un ulteriore passo nel consolidamento della sua funzione di capo; Weber dice in proposito: “Nel caso che non sia puramente effimera, ma prenda il carattere di un rapporto duraturo (…) l’autorità carismatica (…) deve variare sostanzialmente il suo carattere: si razionalizza (legalizza) o tradizionalizza… (…) [4]. Quindi, trionfando con il 56,5% dei voti, la sua figura si legittimava e si affermava come il governo normale e legale dello Stato venezuelano.

L’arrivo alla presidenza confermò quella frase che recita: “Il carisma è la grande forza rivoluzionaria in tempi associati con la tradizione [5]. La sua ascesa al potere significò un cambiamento nella coscienza e nell’azione di un popolo tradizionalmente emarginato. Chávez, rivoluzionando le strutture, fece del popolo il soggetto politico principale. La Costituzione fu modificata: mettendo fine al bipartitismo, il legame con il popolo veniva consolidato ed il capo massimo si identificava con la rivoluzione bolivariana [6].

 

II-Dimensione interna

 

Chávez al potere ha rappresentato la continuazione di un conflitto sociale elevato. Nonostante i cambiamenti, sono persistite certe caratteristiche della “Democrazia puntofijista [7]”: lentezza burocratica, corruzione e inefficienza istituzionale.

Le elezioni parlamentari del 2010 hanno espresso l’erosione della base sociale della rivoluzione: il partito al governo ha perso la sua maggioranza qualificata – due terzi – in seno all’Assemblea Nazionale. La questione acquista maggiore rilevanza in relazione alle elezioni presidenziali dell’ottobre 2012. Chávez non vincerebbe comodamente, per cui risulterebbero piuttosto deboli le basi di un progetto politico che invece richiede basi molto solide, se si vogliono realizzare le riforme rivoluzionarie necessarie per lo sviluppo del socialismo nel XXI secolo.

La malattia di Chávez aggiunge una difficoltà in più. E’ raro che i capi carismatici siano facilmente sostituibili, tanto strettamente la vita del presidente è associata con la vita del progetto. Roger Noriega ha detto a tale proposito che esiste un piano militare d’emergenza che garantirebbe la sopravvivenza del regime in caso di scomparsa fisica del capo [8].

Fino al 2010 l’opposizione era stata dura solo in termini di violenza (fallito colpo di Stato del 2002 e blocco petrolifero dello stesso anno), ma non aveva un peso popolare. Ora, consigliata dall’esterno, essa ha operato un cambiamento strategico mostrandosi al mondo come la resistenza al “regime totalitario”. Eppure, il partito al potere è sicuro per quanto riguarda la capacità destabilizzatrice degli avversari; a tal proposito l’11 aprile 2012 Hugo Chávez ha denunciato l’esistenza di un nuovo complotto contro di lui ed ha ordinato la creazione di un Comando Speciale “antigolpe”.

 

III-Relazioni Internazionali

 

Gli anni ’90 furono il decennio del quasi totale allineamento latinoamericano a Washington; fu precisamente Hugo Chávez, alla fine del secolo, il primo ad abbandonare questa strategia. Secondo la tipologia di Russell e Tokatlian, il Venezuela si imbarcherebbe – soprattutto dopo il 2002 – su un modello di politica estera chiamato “la sfida”.

Chávez ha identificato gli Stati Uniti come un nemico; così ha interposto distanze politiche per controbilanciare il potere sia a livello regionale che globale.

A livello regionale – sempre seguendo il modello teorico proposto – è stato fatto un uso significativo di risorse simboliche e materiali per diffondere il progetto rivoluzionario.  La grande capacità discorsiva e l’uso di termini carichi di significato storico hanno aiutato Chavez ad ottenere un notevole consenso sociale nel subcontinente. Il IV Vertice delle Americhe, nel 2005, ha bocciato definitivamente il progetto di una zona di libero scambio continentale (ALCA) aggiungendo il rifiuto di Argentina e Brasile – fatto che ha segnato una significativa sconfitta per l ‘imperialismo statunitense.

La comunanza ideologica che unisce Chávez con Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador) ed in generale con la maggioranza dei presidenti latinoamericani trasforma l’area ancor di più in un terreno fertile per il fiorire delle idee della rivoluzione bolivariana.

A livello extra-regionale è più evidente il revisionismo chavista. Le reti di alleanze favorite da Caracas attaccano direttamente gli interessi degli Stati Uniti – basti pensare ai legami con l’Iran. È interessante notare che queste relazioni sembrano ispirate da criteri della Guerra Fredda: Pechino e Mosca diventano di questo modo, sebbene simbolicamente, alleati vitali.

In ambito internazionale la rivoluzione trova un sentiero stretto. Grandi attori statali accompagnati dal potere economico e finanziario transnazionale non guardano con favore il presidente del Palazzo Miraflores e quindi le elezioni di ottobre sono fondamentali: se Chávez ottiene una vittoria di stretta misura, i suoi nemici esterni non esiteranno a lanciare l’offensiva finale, che ovviamente sarà sfruttata dai nemici interni.

 

Riflessioni

 

La rivoluzione lotta su tre fronti: il primo avrà il suo momento culminante il 7 ottobre, nelle elezioni presidenziali. Chávez ha la possibilità di vincere, ma l’esito più favorevole sarebbe una vittoria con un ampio margine di voti, che gli consentirebbe di rilegittimarsi e di riaffermare con forza il progetto bolivariano. Potrebbe essere il momento per trasferire un certo margine di potere al popolo e quindi diminuire l’elevato livello di paternalismo. In caso contrario, la rivoluzione sarebbe un gigante dai piedi d’argilla ed i suoi avversari avrebbero l’opportunità di sferrare l’attacco finale.

Il secondo è il fronte regionale, potenzialmente fertile per le idee bolivariane.

La zona extraregionale è l’ultimo fronte della battaglia ideologica. Il suo esito appare al momento negativo, in quanto l’ordine internazionale è ancora influenzato da “nemici”. Non solo il Venezuela è in difficoltà, ma anche gli alleati (simbolici) come la Cina e la Russia vedono limitato il loro raggio d’azione. Per questo motivo è probabile, se i risultati delle elezioni di ottobre non saranno positivi per la rivoluzione, che il primo campo ed il terzo formino un unico blocco di opposizione e  si impegnino in una campagna finale contro Chávez, cercando di indebolire – forse invano – il fronte regionale.

 

 

*Maximiliano Barreto è laureando in Relazioni internazionali all’Università Nazionale di Rosario (Argentina)

 

NOTE:

[1] Roberto Russell è professore di Relazioni Internazionali presso l’Universidad Di Tella (Argentina) e Juan G. Tokatlian è professore di Relazioni Internazionali presso l’Università di San Andrés (Argentina).


[2] Comunicazione popolare per la costruzione del socialismo nel XXI secolo. “Chávez in carcere”. Disponibile online: http://www.aporrea.org/tiburon/a93835.html


[3] Weber, Max. Economia e  Società.


[4] Ídem.


[5] Ídem.


[6] Termine coniato da Chávez per designare il cambiamento sociale economico e politico avviato dal suo accesso al governo, sulla base delle idee di Simon Bolivar, Simon Rodriguez e Ezequiel Zamora. Vedi: http://www.revolucionbolivariana.org.mx


[7] Sistema politico istituito dopo il patto “Punto Fijo”nell’ottobre 1958 tra i tre partiti politici venezuelani per garantire la stabilità della democrazia restaurata. Questo sistema non era visto da Chávez come una vera democrazia.


[8] Giornale “La Nación”. “Rivelano un piano militare, nel caso della morte di Chávez”. Disponibile sul sito: http://www.lanacion.com.ar/1464830-revelan-un-plan-militar-en-el-caso-de-que-muera-chavez

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Giordania. Dove porterà il nuovo processo politico?

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A più di un anno dall’inizio delle proteste, la Giordania, circondata da una situazione molto delicata, cerca di lanciare un processo di democratizzazione che conduca ad un cambiamento. In attesa delle elezioni, il popolo invia chiari segnali al Re Abdallah II, che promette di riportare serenità alla nazione.

A distanza di mesi dall’inizio delle rivolte nel mondo arabo, partite dal Nordafrica per poi giungere al Vicino Oriente con il recente coinvolgimento della Siria, su cui è rivolta tutta l’attenzione internazionale, anche la Giordania non è stata risparmiata dall’ondata di proteste ed instabilità.

La monarchia hashemita negli anni è riuscita a creare una situazione di equilibrio e a far convivere il lato conservatore-tribale della Giordania con quello “aperto e globalizzato” rivolto verso l’Occidente, ed è sempre stata attenta a non far insorgere malessere all’interno della società.

Si è parlato spesso in occasione delle insurrezioni che hanno contagiato il mondo arabo anche di un possibile coinvolgimento della Giordania e delle sue possibili conseguenze.

Le proteste sono iniziate fuori dalla capitale, nel sud del paese e si sono estese fino ad Amman come, storicamente parlando, accadde in passato con la ribellione del 1989, la cosiddetta “rivoluzione dei poveri”, a cui fece seguito una seconda analoga nel 1996. In entrambi i casi, le richieste non provennero solo da parte dei poveri per il malessere che vivevano, ma s’invocavano cambiamenti politici che sfociarono nella concessione, da parte di Re Hussein, del ritorno alle urne dopo un periodo, dal 1956 al 1989, nel quale non vi erano state elezioni.

Dopo la morte di Re Hussein e l’arrivo al trono di re ‘Abdallah II (dopo un serio scontro all’interno della casa reale), il “processo democratico” è rallentato e i problemi sorti negli ultimi mesi hanno radici che rimandano al 1993, quando venne cambiata la legge elettorale riguardante il voto unico (che permetteva anche a personaggi non “accreditati” di accedere al Parlamento).

Fondamentalmente la protesta in Giordania non si può definire una vera e propria rivolta, poiché si tratta di richieste da parte del popolo indirizzate al Re sotto forma di manifestazioni, ma sempre riconoscendo la sua autorità.

Parte della popolazione ha dato il via alle contestazioni prevalentemente contro l’ex primo ministro Marouf al-Bakhit, fino a qualche mese fa al potere, e non contro il Re, perché nella testa delle persone non c è nessun progetto di cambio di regime ma solo il suo miglioramento: la maggior parte delle richieste prevede una monarchia di tipo costituzionale, e non assoluta com’è ora, e un cambio del sistema elettorale dove sia possibile votare i governi come avveniva già nel 1956.

In piazza sono scese praticamente tutte le forze politiche, dai partiti di destra a quelli di sinistra, capitanati dai Fratelli Musulmani; tutti i riformisti si trovano concordi nella richiesta di un maggiore spazio democratico e di riforme politiche, con l’obiettivo finale di giungere ad una monarchia costituzionale.

Come in tutti i Paesi arabi, vi è stata un’ascesa dei movimenti islamici, e soprattutto dei Fratelli Musulmani, i quali hanno diretto le proteste in varie “piazze” arabe (ma non nel Golfo: si pensi al Bahrein, dove la protesta è a guida sciita): e così è successo anche in Giordania, ma in toni decisamente diversi da altri scenari.

Il movimento politico del Fronte d’Azione Islamico (FIA) è considerato per certi versi uno dei pilastri del regno hashemita. I movimenti islamici in Giordania hanno sempre avuto un ruolo importante e storicamente sono sempre stati “moderati”: infatti, nel corso della storia giordana nessun evento segnala che questa strada sia mai stata abbandonata.
In questi anni, ci sono state tensioni con i vari governi, poiché, invece che cercare il dialogo, si è tentato di eludere i motivi delle proteste e le proposte avanzate, e questo ha indispettito buona parte della popolazione. Molti giordani hanno così iniziato a chiedere maggiori chiarezza e correttezza, boicottando quindi le ultime elezioni del novembre 2010 perché in fondo si offriva di far parte di una coalizione “nominata”, una ripetizione dei governi precedenti senza alcun margine di riformismo. Di un governo eletto direttamente dal popolo non se parlava affatto.
I Fratelli Musulmani pertanto guidano la protesta perché sono gli unici ad avere le idee chiare sulla richiesta di una monarchia costituzionale, nuove elezioni e un nuovo sistema che permettano anche di contenere la corruzione e le frodi che in questi ultimi anni hanno caratterizzato una vita politica che ha perso di vista i bisogni della maggioranza della popolazione.

Detto questo, non si possono tralasciare gli evidenti problemi legati all’aumento dei prezzi di beni di prima necessità, al progressivo aumento della disoccupazione (la Giordania è una società giovane, con un 70% di laureati che non trovano lavoro) e alla povertà in tutto il territorio nazionale (dettata anche dalle “privatizzazioni” eseguite negli ultimi anni, che hanno visto svendite delle proprietà dello Stato a prezzi bassissimi).

Sull’inflazione e la crisi economica sono intervenute anche le tribù beduine, che coraggiosamente hanno protestato contro la regina Rania, rimproverando al Re il suo dispendioso tenore di vita e la sua ‘doppia maschera’, poiché a loro parere i suoi comportamenti internazionali non collimano con quelli tenuti in patria. Anche i militari hanno appoggiato questa iniziativa, dichiarando che la Costituzione giordana dà potere al Re e non a qualsiasi altro membro.

Negli ultimi mesi il Re, per calmare il continuo malcontento, ha nominato un nuovo primo ministro, facendo subentrare al governo Awn Khasawneh. Cambio che è stato accolto con entusiasmo, poiché negli ultimi anni la progressiva intrusione nell’attività parlamentare e nella vita pubblica del General Intelligence Department (GID), i servizi segreti giordani, era diventata molto pesante.

Dalla formazione del nuovo governo, avvenuta in ottobre, si è cercato subito si tendere una mano a tutti i gruppi politici per creare un clima sereno e lavorare insieme sulle riforme, cosa possibile poiché i movimenti non gridano al “cambio di regime”, ma alle riforme necessarie per migliorarlo, avendo fiducia nella guida hashemita. Ed anche lo stesso regime, guidato dal re, vuole le riforme.

Dunque nel Paese c’è l’intenzione di evitare rivolte che portino a inutili spargimenti di sangue come accaduto in altri paesi arabi, esplorando invece la possibilità di attuare riforme che portino benefici veri. Non si può negare, soprattutto agli inizi delle proteste nel 2011, che ci siano stati alcuni scontri tra manifestanti pro-regime, oppositori e forze di polizia, ma niente che possa essere paragonato a quello che succede negli altri paesi arabi.

C’è una precisa tabella di marcia che il governo si sta impegnando a rispettare al fine d’introdurre tali riforme politiche, tra cui la creazione di un “comitato indipendente” che supervisioni lo svolgimento delle elezioni parlamentari.

Il governo sta lavorando per ottenere elezioni di qualità per assicurare la stabilità del Paese, poiché è stato dimostrato che la “vecchia maniera” non è più praticabile nel mondo arabo. Come afferma il premier giordano, “l’obiettivo è trovare un’equazione che permetta di restaurare lo stato civile esistente già nella Costituzione del 1950, e di porre fine alla segregazione tra i cittadini, cosicché la volontà del popolo non sarà plasmata da fuori”.
Il regime giordano non è stato costruito su di una persona salita al potere in seguito ad un colpo militare, ma si tratta di un regime che si basa su una dinastia reale con retaggio religioso, quindi in via di principio nulla impedisce una convergenza tra il regime stesso e l’interesse del popolo.

Inoltre, vista la situazione interna molto delicata e in fase di sviluppo, il Re giordano sa di non potersi permettere passi falsi, considerata la posizione geopolitica della regione:
la “rivoluzione siriana” sta interessando direttamente la Giordania non solo perché il paese interagisce col popolo siriano a livello tribale, economico e agricolo, ma anche per altri fattori interni molto delicati.

ll problema dei profughi in fuga dalla Siria non è da sottovalutare. Infatti, secondo un ufficiale del ministero degli Interni, in Giordania sarebbero presenti in quantità molto più elevate che in Turchia e in Libano, e lo Unhcr – secondo le ultime stime – ha dichiarato 7.584 profughi che già assiste ed altri 2.000 in attesa di registrazione, oltre aver individuato altre 20.000 persone che già sono aiutate da organizzazioni locali1.

Sul versante militare il paese è al centro della questione, dato che fonti vicine all’ex primo ministro come il sito “albawaba2, dichiarano che dentro il territorio giordano, nella zona di al-Mafraq, a nord del paese, un certo numero di libici3 si sta addestrando in una zona cuscinetto a nord del territorio per supportare l’opposizione siriana, oltre ai già presenti militari americani che, ritiratisi dall’Iraq, si sarebbero stanziati, secondo un rapporto del dicembre 2011 del sito di intelligence israeliana Debka4, a ridosso del confine con la Siria.

Anche la paura che il “processo di pace israelo–palestinese” s’interrompa può allontanare qualsiasi speranza che possa nascere uno Stato palestinese, sfruttando così il momento di debolezza del paese che potrebbe portare all’affermazione dell’idea che “la Giordania è la Palestina”, ovvero la “patria” per tutti i palestinesi.

E proprio sulla questione israelo-palestinese, nel discorso al Parlamento Europeo del 18 aprile, il Re di Giordania ha dichiarato che “la sola soluzione possibile per una stabilità definitiva è la creazione di due Stati che vivano in pace, uno accanto all’altro”, perché “non si può permettere che un’altra generazione aspetti l’arrivo di uno Stato palestinese”.
Ma nonostante tutti i problemi, il re Abdullah II, dopo esser stato ricevuto al Parlamento europeo dal presidente Martin Schulz, ha dichiarato che “la Primavera araba è stata presa come un’opportunità”, spiegando che attraverso il processo di democratizzazione, le riforme economiche e politiche la Giordania intende essere un rifugio in una regione attraversata dalle turbolenze politiche5.

Dopo questo intervento del Re e tante speranze, arrivano notizie in base alle quali il parlamento giordano ha messo al bando il Fronte d’Azione Islamica, il più importante partito d’opposizione del paese. Il provvedimento, che vieta la creazione di qualsiasi gruppo o partito a base religiosa, etnica e confessionale, è passato in data 16 aprile alla Camera bassa con 46 voti favorevoli su 83. Ora deve essere approvato dall’Assemblea dei notabili.
Questo, se confermato, impedirebbe ai Fratelli Musulmani di presentarsi alle prossime elezioni parlamentari.

Un nuovo processo politico sembra essere avviato, e anche se qualcuno esprime pessimismo, la popolazione è in fase d’attesa per vedere a cosa porterà questo cambiamento.

*Nicolò Perazzo è laureato in Filologia araba presso l’Università di Granada (Spagna) dopo una lunga esperienza in paesi arabi come Yemen, Giordania, Siria ed Egitto, dove ha studiato lingua araba, dialetti e Corano.

NOTE:
^1. http://www.unhcr.org/4f6c501e6.html
^2. http://www.albawaba.com/ar
^3. http://www.abc.es/20111217/internacional/abcp-islamistas-libios-desplazan-siria-20111217.html
^4. http://www.debka.com; http://www.infowars.com/u-s-nato-troops-reported-on-jordans-border-with-syria/
^5. http://www.europarl.europa.eu/news/it/headlines/content/20120413STO42890/html/Il-re-Abdullah-II-di-Giordania-La-Primavera-araba-%C3%A9-un%27opportunit%C3%A0

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Prospettive geopolitiche della Corea Popolare. Nel centenario della nascita di Kim Il Sung (1912-2012)

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Un’approfondita analisi della situazione coreana ed una vasta panoramica sulle questioni geopolitiche che ruotano attorno al 38° parallelo: questi i contenuti della prima apprezzata conferenza organizzata dal Centro Studi Eurasia Mediterraneo dal titolo Prospettive geopolitiche della Corea Popolare. Nel centenario della nascita di Kim Il Sung (1912-2012), svoltasi mercoledì 18 aprile a Trieste.

L’iniziativa, promossa in collaborazione con la sezione italiana della Associazione d’Amicizia Coreana e con l’associazione culturale triestina Strade d’Europa nell’ambito dei Seminari di Eurasia, si è aperta con una dettagliata ricostruzione della storia coreana dell’ultimo secolo a cura del collaboratore di “Eurasia. Rivista di studi geopolitici” Marco Bagozzi, autore del volume Con lo spirito Chollima (inerente la storia del calcio nella Repubblica Popolare Democratica di Corea e che ha sbugiardato molte delle notizie false e tendenziose diffuse dai media occidentali dediti a demonizzare Pyongyang pure attraverso la cronaca sportiva) e della prefazione al volume del redattore di “Eurasia” Alessandro Lattanzio Songun: antimperialismo e identità nazionale nella Corea socialista (corposa analisi delle risorse militari e delle impostazioni strategiche di un Paese arbitrariamente inserito nel cosiddetto “asse del Male”). In particolare l’intervento ha spiegato cosa siano il Songun e lo Juché: quest’ultimo, traducibile come “indipendenza”, è l’approccio che Kim Il Sung ha conferito al socialismo coreano nel secondo dopoguerra, al di fuori dei dogmatismi marxisti e delle ortodossie moscovite, pur senza degenerare mai nel frazionismo, bensì coerentemente con la cultura locale e le esigenze di modernizzazione di questa nazione asiatica. Interpretato da molti nel senso di “autarchia”, Songun significa più propriamente “esercito al centro” ed è pertanto il riconoscimento dell’importanza del ruolo delle forze armate nella travagliata lotta per l’indipendenza prima e nella difesa delle conquiste sociali e patriottiche in seguito, a partire da tre pilastri: la difesa della sovranità nazionale, il rafforzamento dell’esercito e la centralità dello Stato.

Bagozzi ha poi incentrato il suo intervento sulla storia della politica estera della RPDC, partendo dalla tragedia della Guerra di Corea. Si è così ricordato come all’indomani della riconquistata indipendenza dal Giappone, la Corea avrebbe dovuto rientrare nella sua interezza nell’orbita dell’URSS, come stabilito a Yalta e coerentemente con la volontà della stragrande maggioranza della popolazione che riconosceva in Kim Il Sung il leader indiscusso della lotta antigiappponese. La linea di separazione al 38° parallelo derivò pertanto da una scelta statunitense che non teneva conto di alcuna caratteristica morfologica o di differenti sensibilità presenti sul territorio, bensì si trattò di un’ingerenza finalizzata a consolidare la presenza a stelle e strisce in Estremo Oriente e ben presto la tensione portò al sanguinoso conflitto d’inizio anni Cinquanta. Bagozzi ha poi fatto accenno al ruolo di pacificatore che ha assunto Kim Il Sung nel conflitto sino-sovietico e il punto di riferimento che il suo Paese ha svolto per gli stati del Terzo Mondo, proponendo in chiave asiatica quel “socialismo multilateralmente sviluppato” che ritroviamo nella Romania di Nicolae Ceausescu. L’analisi ha poi toccato i drammatici anni ’90, con il Partito costretto a superare la grande crisi causata dalle carestie, dalle alluvioni e dal crollo del blocco socialista, e il progressivo ritorno all’autosufficienza celebrata proprio nel centesimo anniversario della nascita di Kim Il Sung.

Appassionato e coinvolgente è stato l’intervento del prof. Aldo Colleoni, già docente dell’ateneo triestino, ma soprattutto ex Presidente dell’Ufficio di Corrispondenza Commerciale Italia-RPDC, in quanto pioniere del percorso che ha condotto all’apertura delle relazioni diplomatiche tra Roma e Pyongyang. Nelle alterne vicende della guerra di Corea la NATO ebbe il suo battesimo del fuoco e Colleoni ha ricordato come saggiamente l’Italia limitò il suo contributo alla fornitura di un ospedale da campo: questa mossa umanitaria avrebbe in seguito avuto particolare importanza nel momento in cui sarebbero cominciate le trattative per normalizzare i rapporti italo-coreani. L’alleanza atlantica caratterizzò altresì il suo intervento scaricando sul territorio della penisola asiatica un quantitativo di bombe pari a quello utilizzato nel corso di tutta la Seconda Guerra Mondiale (ed il Generale Douglas MacArthur avrebbe a un certo punto voluto portare le sue truppe fino in Cina, ricorrendo addirittura alla bomba atomica), sicché ancor oggi la vegetazione risente del napalm allora riversato ed il suolo disboscato è soggetto ad alluvioni e carestie. Ricordando ancora come lo Juché abbia consentito di raggiungere notevoli indici di sviluppo economico attraverso un’economia pianificata in maniera similare alla Jugoslavia di Tito, Colleoni ha poi evidenziato come invece a Seul si sia instaurato un regime fantoccio, i cui vertici sono stati fino a pochi anni fa costantemente emanazione delle forze armate, e legato a doppio filo con Washington, cosicché la tanto decantata “tigre coreana” oggi è stata travolta dalla medesima crisi economica che ha colpito il suo invasivo alleato. Se di questi aspetti politico-economici in occidente poco se ne sa, altrettanto poco si dice riguardo le manifestazioni che si svolgono sempre più frequentemente in Corea del Sud per invocare la riunificazione della penisola e la fine dell’ingombrante presenza militare statunitense. In effetti ai tempi della presidenza Clinton si era anche giunti ad un accordo finalizzato ad una confederazione tra Seul e Pyongyang, la quale si sarebbe chiamata Repubblica Confederale di Koryo, rispolverando l’antica denominazione della Corea, e comprensivo di un accordo stile Guantanamo per quanto concerneva le basi militari USA presenti nella porzione meridionale. L’irruenza di Bush II ha, però, riportato tutto allo status quo ante, cioè una situazione in cui vige ancora un regime armistiziale e non è stata stipulata una vera e propria pace tre le parti in guerra nel 1950-’53. A conclusione del suo intervento Colleoni ha ripercorso le tappe con cui grazie alla collaborazione dell’Ambasciatore italiano a Pechino, il figlio d’arte Alessandro Quaroni, è giunto nel 2000 al riconoscimento diplomatico della RPDC, al cui interno da allora numerose aziende italiane hanno trovato opportunità di sviluppo e di collaborazione.


 


 

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La lotta per l’Africa. Impressioni, opinioni, spunti per un’analisi.

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Dal seminario di “Eurasia” tenutosi il 20 aprile a Parma sullo scenario geopolitico africano ed in particolare sulla situazione degli ultimi due anni in Costa D’Avorio, scaturiscono spunti interessanti per un’analisi a livello macro dell’attuale continente nero e delle neostrategie occidentali volte a detenerne il controllo per una geostrategia lungimirante.

Personalmente, mi sono accostato al seminario poco aggiornato sulle dinamiche recenti che hanno interessato la parte subsahariana del Continente. All’infuori dell’area mediterranea e, per ragioni di prossimità, del Vicino Oriente, la mia attenzione si è rivolta sempre più verso l’America Latina. La partecipazione al seminario di Parma, però, ha rappresentato un importante aggiornamento su dinamiche che non sono estranee all’evoluzione del Nuovo Continente. In particolare, tra quanto è avvenuto tra la fine degli anni ’50 e inizio anni ’90 nel continente indiolatino e le attuali destabilizzazioni politiche in Africa esiste un certo parallelismo. L’ingerenza economico-politica degli Stati Uniti nei confronti di tutte le sovranità presenti a sud dei loro confini ci vengono ricordate da quanto oggi accade nel continente africano. Le “rivolte arabe” non sono state altro che il risultato di un progetto inteso a far perdurare il vecchio sistema, per cui sarebbe più adatto l’appellativo di “rivoluzioni gattopardiane”, dato che tutto doveva cambiare affinché nulla cambiasse. La motivazione dell’intervento anglo-francese si è palesata come un intento di egemonia economica sulle risorse dell’area; sulla scia di quanto è riuscito in Libia – nonostante la disorganizzazione e le divergenze in seno alla coalizione occidentale – si è tentato un avanzamento lungo la sponda sud del Mediterraneo, con un intensificarsi degli interessi occidentali nell’area iraniano-siriana. Dal punto di vista strategico, destabilizzare la Siria avrebbe creato un accerchiamento ideale nei confronti dell’Iran; è un po’ come se gli Stati Uniti, avendo a disposizione i favori di Messico e Colombia, riuscissero ad acquisire in modo informale l’egemonia sul Venezuela e ricominciassero a far la voce grossa con Cuba, che in tal caso si troverebbe isolata.
In relazione all’Europa, i regimi autoritari della sponda sud del Mediterraneo risultavano poco “moderni”, cosicché l’intervento è stato giustificato con la necessità di un adeguamento al modello democratico. Nei fatti però la democratizzazione ha il mero scopo di modernizzare le basi istituzionali che consentono l’ingerenza economico-politica occidentale. Come un cambio generazionale, potremmo dire. La strategia ovviamente è fallita man mano che ci si addentrava nel Vicino Oriente, dove la coscienza popolare è più forte ed esiste un sistema politico-istituzionale radicato nella storia e nella cultura sociale. Lo scontro tribale non rappresenta un argomento di attualità come poteva esserlo in Libia – variante sfruttata dagli strateghi occidentali.

Nella parte subsahariana il tentativo invece sembra riuscire: si sfruttano a proprio piacimento le divisioni tribali e se necessario si enfatizzano per ottenere l’obbiettivo finale: controllare l’economia col pretesto della democrazia. Occorre fare però un passo indietro: la formazione delle nazioni africane è alquanto artificiale, i confini nazionali molto spesso sono lineari e ciò rivela una ripartizione fatta sulla carta geografica da parte di forze esogene, le quali non hanno minimamente considerato le peculiarità tribali e socio-culturali dell’area. La Somalia, ad esempio, è implosa a livello istituzionale negli ultimi anni e non si può prescindere da questi fattori nell’analizzarne le motivazioni.

Però qui sussiste una differenza profonda con quanto accaduto in America Latina. L’Africa venne adoperata come mero magazzino dal quale prelevare le risorse per trasportarle nei mercati o nei sistemi produttivi occidentali. Per lo più quindi si è trattato di un’occupazione militare senza alcuna volontà di stabilire in loco insediamenti civili (escludiamo dal discorso il Sud Africa). Nelle Americhe invece questa modalità di colonialismo riguarda solo la prima fase dell’intero processo. Successivamente si è optato per un insediamento civile che a seconda dei casi si andava a mitigare con la popolazione autoctona, ma molto spesso era orientato ad una radicale sostituzione (europei al posto di indios). Ciò ha permesso un trasporto, oltre che di popolazione europea in terra americana, anche delle cognizioni tecnologiche necessarie a colmare il divario socio-economico e politico, solo iniziale, con il Vecchio Continente. In Africa, invece, come già detto, si è operata una mera spoliazione di risorse.

Cosa spinge oggi la Francia ad addentrasi nuovamente nel continente africano? E cosa spinge il resto dell’Occidente – in primis gli U.S.A. – a cooperare in questa operazione neocoloniale?
La Francia ormai vive uno storico principio di inferiorità nei confronti della Germania: fondamentalmente l’Europa ha uno stampo tedesco, e non lo si evince solo dal modello bancario europeo: ciò si palesa nell’influenza politica che la Germania ha nel definire le politiche comunitarie. Parigi dal canto suo non è mai riuscita a porsi alla pari con Berlino ed allora ha cercato vari escamotages per creare progetti in cui l’Eliseo potesse avere un ruolo di guida. Il primo tentativo di Sarkozy fu l’“Unione per il Mediterraneo” (2008), tentativo “diplomatico” di creare un’area francese di influenza economica. Purtroppo però il carisma politico tedesco e l’instabilità della riva mediterranea meridionale – troppo eterogenea per le ambizioni francesi – fecero naufragare il progetto, che sulla carta aveva le potenzialità di creare un rilancio economico importante per l’intera area. Sarkozy dovette rivedere i propri piani egemonici economico-politici e, magari studiando i meccanismi di ingerenza politica degli Stati Uniti in Sudamerica negli anni ’60-‘70 – facilmente consultabili negli archivi della C.I.A. – ha iniziato un processo di “guerra a bassa intensità” nella parte nordsahariana, al fine di destabilizzare i regimi esistenti e rimodernarli a proprio favore, come in Libia. Ovviamente il continente africano, data la sua estensione, offre grandi opportunità neocoloniali, cosicché si è assestato un colpo strategico all’interno del continente attraverso l’ingerenza nella Costa D’Avorio – ma anche in Mali o in Sudan. Qui non sussiste il concetto di prossimità con l’Occidente, quindi le dittature e le repressioni militari sono ancora “di moda” per ristabilire un’economia proiettata all’apertura verso il mercato francese.

Veniamo ora al ruolo statunitense. Il colosso occidentale non agisce secondo una strategia geopolitica di basso profilo come fa invece la Francia – volta a garantirsi il rango di prima della classe in Europa – bensì muove le proprie energie nell’area africana in base a due motivazioni fondamentali:
– Un avanzamento nello scacchiere per contrastare l’espansione geoeconomica e geopolitica di nuovi “vecchi” attori mondiali quale Cina e Russia. Per gli USA non è un fatto di poco conto l’aver perso la possibilità di “acquisire” l’economia iraniana e siriana e di consolidare la loro egemonia, attualmente logora a causa dell’insostenibilità endogena del loro modello economico. L’Africa resta il continente dove sembra ancora possibile acquisire consenso sventolando dollari, ma i tempi si accorciano e bisogna far presto; occorre prevenire i tempi della “maturità africana”, che potrebbe rendere l’Africa refrattaria alla penetrazione occidentale.

– Va considerato che gli Stati Uniti negli ultimi anni hanno perso il loro rapporto asimmetrico con la gran parte dell’America Latina, perché questa ha raggiunto la “maturità” di cui aveva bisogno per imporsi quale attore paritario nelle relazioni extraregionali e mondiali. Perdere l’importante apporto di risorse a basso costo proveniente dal sud del continente significa subire gravi perdite economiche e allo stesso tempo ritrovarsi sulla soglia di casa un interlocutore di tutto rispetto.

– Per concludere va fatta una riflessione sul continente africano, per la quale sono debitore al prof. Boga Sako Gervais. La chiusura dell’università in Costa D’Avorio all’indomani del colpo di Stato francese ha una rilevanza cruciale in una qualsiasi analisi strategica. L’atto rivela il timore che nelle nuove generazioni possa formarsi una coscienza politica, nazionale e culturale. Cercare di bloccare l’avanzamento culturale nel continente sottintende il timore del formarsi della “maturità africana”. Per quanto concerne le sovranità africane, non concordo sull’importanza dei legami economici con i nuovi attori internazionali (Cina in primis). Questo potrebbe essere uno sviluppo geostrategico valido per la parte settentrionale del Continente o per il Sudafrica, ma le rimanenti nazioni africane hanno bisogno di ritrovare un proprio equilibrio endogeno per poi potersi prodigare in un’interazione internazionale. Se la Costa D’Avorio riuscisse a ristabilire un proprio ordine politico libero da ogni ingerenza esogena, dovrebbe innanzitutto fondare il suo progetto sulla nascita di una coscienza nazionale unita nello sviluppo economico interno. Attualmente l’ampliamento di relazioni con attori internazionali “alternativi” a quelli occidentali nasconde pur sempre delle asimmetrie, anche se di basso profilo. Ottenere realizzazioni infrastrutturali in cambio di risorse energetiche sottintende che in futuro l’utilizzo delle stesse infrastrutture obbligherà l’economia nazionale a cercare le risorse energetiche altrove, attivando un circolo di non-autosufficienza inarrestabile. In definitiva si palesa la necessità, come avvenuto in America Latina, di un movimento solidale endogeno, volto all’affermazione di un movimento geoeconomico impermeabile ai tentativi di ingerenza esogeni.

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La Geopolitica è “immorale”? Note su alcune obiezioni all’approccio geopolitico

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Malgrado da quasi un ventennio la Geopolitica (dopo un ‘purgatorio’ datato dal 1945, ovvero dalla sconfitta delle potenze dell’Asse e dall’imposizione globale del bipolarismo Usa-Urss) sia stata riproposta attraverso riviste come “LiMes”, prima, “Eurasia”, poi, quale strumento in grado di fornire una chiave d’interpretazione delle relazioni internazionali, considerate come una costante, planetaria ‘partita a scacchi’, non pochi sono coloro che ancora nutrono dubbi sull’opportunità di affidarsi all’analisi geopolitica per orientarsi negli intricati meandri della politica mondiale.

Le remore e le obiezioni sono di carattere sostanzialmente ideologico, se con questo termine identifichiamo l’attitudine ad interpretare la realtà – nello specifico quella dei rapporti tra entità statuali – con parametri di tipo sentimentale e/o morale. L’ideologia, di per sé, non ha alcunché di “malvagio”, sia chiaro, se non per l’”errore” vero e proprio costituito dall’assolutizzazione di un punto di vista, di un’istanza, ed in suo nome possono essere compiuti i più sublimi slanci come i più aberranti crimini (e lo stesso vale per la religione): l’uomo è sempre l’uomo, quale che sia l’ideologia o la religione che adotta, senonché questa ‘scelta’ ha delle conseguenze sulla sua capacità di ‘comprendere’ (in senso letterale) il mondo, dove ogni cosa ha un suo posto e un suo grado di “realtà”.

Pertanto – lungi da me l’intenzione di affibbiare giudizi a persone – ho inteso solo specificare che alla base della diffidenza verso l’approccio geopolitico soggiace un giudizio di valore nei suoi confronti che gli attribuisce (indebitamente) la tendenza ad una “oggettività”, addirittura una certa dose di ‘disumanità’, la quale tradurrebbe il sentire di esseri umani fondamentalmente insensibili a grida di dolore e richieste d’aiuto “sacrificate sull’altare della geopolitica”.

Lo si vede anche nel recente caso dei disordini in Siria, dove sigle ed esponenti del “mondo democratico” e “della Sinistra”, ponendosi dalla parte dei “manifestanti pacifici”[1], assimilati in toto al “popolo siriano”, non mancano di lanciare una stoccata polemica nei confronti di chi privilegia un approccio alla questione di tipo geopolitico[2]. Insomma, chi analizza la cosiddetta “primavera araba” anche e soprattutto dal punto di vista geopolitico per poi ricavarne qualche dubbio, quantomeno sulla sua genuinità, si renderebbe connivente di una grave “ingiustizia”.

Stabiliamo adesso che cosa sia diventata ormai “l’ideologia in Occidente”. Prediligere un approccio “ideologico” non significa semplicemente interpretare le questioni da un punto di vista “comunista”, “nazionalista”, “liberale” ecc. Ciò è ancora troppo grossolano e, nei fatti, superato. Concetti come “libertà” e “giustizia”, che a qualsiasi essere umano evocano da sempre senz’altro emozioni positive, una volta passata la seduzione delle ideologie otto-novecentesche hanno preso decisamente la scena ed occupato le menti dei più, declinate in senso liberal-democratico. Si pensi all’ideologia dei “Diritti umani” e alle “Corti di Giustizia internazionale”, che entusiasmano i fautori di “un mondo senza guerre”. Ma altri, sempre in nome della “libertà” e della “giustizia”, si oppongono a quelli che essi giudicano strumenti ideologici del “Nuovo Ordine Mondiale”, teso ad instaurare un unico governo sull’intero pianeta quale coronamento dell’inversione dell’Ordine tradizionale, o comunque percepiscono che va formandosi un “ordine” grottesco e particolarmente “ingiusto” per cui denunciano – se non altro per la contraddizione tra il dire e il fare di chi ne fa una bandiera – la “frode dei diritti umani”. Sia gli uni che gli altri, però – i primi praticando la geopolitica (gli atlantici non l’hanno mai abbandonata, ma hanno fatto credere agli altri che andava fatto), i secondi giudicandola un approccio “immorale” – sono di fatto concordi nella svalutazione degli argomenti e/o nel biasimo di coloro che utilizzano la chiave di lettura geopolitica per interpretare le relazioni internazionali.

Ma mentre non vi è da spiegare nulla ai primi, in malafede ontologica, ai secondi – caso mai intendessero rivedere il loro giudizio – potrà servire qualche delucidazione, non per conquistarli ad una “ideologia”, ma per far loro considerare il corretto peso del “fattore geopolitica”.

Ciascun territorio definito in termini di geografia fisica (ad esempio le penisole italiana, iberica, ellenica; oppure un’isola o un arcipelago “periferici” come l’Inghilterra o il Giappone; un territorio posto alla confluenza tra due mari o due “continenti”: si pensi a Costantinopoli/Istanbul e all’Anatolia) ha una sua vocazione geopolitica che, una volta assecondata, perseguita, è garante di prosperità[3] per gli uomini che lo abitano e, sopra ogni altra cosa, ne sviluppa le potenzialità di costituirsi in “polo egemone”. Questo, nell’essenza, poiché nel dettaglio entrano altri fattori quali la disponibilità di materie prime, la quantità di popolazione, la presenza di vicini ostili eccetera.

Prendiamo, per capirci, l’esempio dell’Italia: un centro di potere imperniato su Roma, per sfruttare al meglio le possibilità offerte dalla sua posizione geografica, al centro del Mediterraneo, deve per forza di cose perseguire l’unità della penisola (e così fece appunto Roma antica), per poi costituire un impero mediterraneo, che dovrà controllare in qualche modo, direttamente o indirettamente, i territori che si affacciano su quel mare e anche le vie d’accesso al medesimo specchio d’acqua (questione, ad esempio, del Mar Rosso e del Canale di Suez). La Russia, se può permettersi fino ad un certo punto di perdere i paesi dell’Europa orientale, non può transigere sulla Georgia, sulla libera circolazione dei suoi navigli nel Mar Nero o nel Caspio, sull’affaccio sul Pacifico, pena una minaccia troppo grave. Gli Stati Uniti non possono avere problemi nell’intero continente americano, e l’Inghilterra non può averne in Irlanda, altrimenti la loro potenza marittima proiettata sul resto del mondo ne risentirà[4].

Come s’intuisce, la regola generale è quella dell’espansione, in un quadro di “rapporti di forza”, per pervenire ad una “forma” che trascende quella della nazione, del semplice Stato nazionale-territoriale da cui si è partiti. Tanto per esser chiari, lo Stato-nazione così com’è stato concepito in passato (in particolare quando va a dare corpo alle aspirazioni di “piccoli popoli” che non aspirano ad alcuna “trascendenza”) ha senso dal punto di vista della Geopolitica storica come elemento di disgregazione particolaristica degli imperi (asburgico, tedesco, russo, ottomano[5]), ma può anche evolvere, in senso inverso, in una compagine di tipo imperiale. Il che ci ricorda l’analogia sul piano umano, dove l’individuo deve trascendere se stesso se intende ricollegarsi al Principio, alla sua Origine: deve far emergere il suo ‘Imperatore interiore’, e solo così sarà in grado di ‘comprendere’ il mondo, altrimenti le sue saranno solo vane pretese individualistiche, peraltro disseminate di varie ingiustizie (in primis contro se stesso), analoghe a quelle commesse dall’espansionismo di tipo sciovinista, di regola “ingiusto” verso le nazioni assoggettate ed incapace di concepire un mondo differenziato (la Rivoluzione francese esportò dappertutto il medesimo modello).

Non a caso, l’Impero è una funzione essenzialmente spirituale, non un “super-Stato” o una “federazione”, e l’imperatore è di “diritto divino”, poiché ha il compito di ‘essere’, quindi di far applicare la Legge proveniente dal Cielo, provvidenzialmente, per la prosperità degli uomini in questa vita e nell’altra. Tutte le tradizioni regolari concordano su questo fatto, e tra queste quella islamica con l’istituto del Califfato.

È inoltre evidente che chi punta a costituire un “polo egemone” a partire da un dato territorio[6] non può concedere ad altri tutto il ‘circondario’, ovvero “l’estero vicino” (per quanto riguarda l’Italia, parliamo come minimo di: Albania, litorale adriatico, Libia ecc., senza trascurare la Sicilia, la più “americana” delle regioni italiane, di fatto fuori controllo), perché ogni tanto bisognerebbe ricordarsi che nei rapporti internazionali vale l’aurea norma secondo cui “o comandiamo noi o ci comandano altri”. Contano, insomma, i rapporti di forza, noi i bei discorsi. Da cui discende la necessità, per chi vuol essere come minimo ‘rispettato’, di armarsi fino ai denti, se non altro come forza deterrente. Poi la Costa Rica, senza esercito, può anche suscitare tutta la nostra simpatia, ma questo lusso non se lo possono permettere tutti, specialmente quando vi è chi s’è messo in capo di dover assoggettare il mondo intero, prima con la forza delle sue armi, dopo col suo apparato di persuasione più o meno occulta (“lavaggio del cervello dei conquistati”: vedasi l’Italia e gli italiani tenuti in scacco da una miscela debilitante di “odio si sé”, sfiducia nelle proprie possibilità, paure d’ogni tipo e politiche oggettivamente attuate per remare sistematicamente contro la popolazione autoctona).

Invece, la maggioranza delle persone crede alla favola della “democrazia delle nazioni”, incarnata prima nella Società delle Nazioni, poi nell’ONU, la quale è un’impossibilità pura e semplice, al pari della “democrazia” – più o meno elettorale – quale forma istituzionale per far funzionare in maniera sana e virtuosa una comunità. Tanto per esser chiari: nessuna dottrina tradizionale ha mai postulato la “democrazia” in politica, e questo perché è sempre stato evidente che essa conduce alla tirannide del numero e della quantità, oltre che al governo dei peggiori. Eppure, a questa storiella della “democrazia” non credono quelli che l’hanno imposta prima e dopo la Seconda guerra mondiale (le potenze per l’appunto “democratiche”: si leggano gli scritti dei loro ideologi, nient’affatto “illusi”), ma vi si fa credere i sottomessi, tra cui, indirettamente, anche coloro che… professano nientemeno che la “autodeterminazione dei popoli” in maniera meccanicistica, sovente abbinata all’”antimperialismo”, salvo poi smentirsi all’atto pratico perché poi le “resistenze dei popoli” vengono classificate in buone o cattive a seconda del grado di “progressismo”, del nemico che affrontano (ci sta simpatico o antipatico?) eccetera. Altrimenti, se si trattasse di una “questione di principio”, qualsiasi “rivendicazione” dovrebbe suscitare un’automatica simpatia, compresa quella dei “padani” che invece fa schiumare di rabbia chi si esalta per le “cause progressiste” basca o curda (mentre trova parzialmente d’accordo i filo-tibetani, perché la Cina è “comunista”, e il “padano” è spesso “anticomunista”: miracoli dell’ideologia!).

Gli Stati di un certo rilievo, che intendono essere soggetti di politica estera e non subirla, quelli insomma che la geopolitica la praticano, sanno bene che anche le “lotte dei popoli” (che possono avere anche motivazioni endogene causate da patenti soprusi, sia chiaro) sono strumenti nelle loro mani, a seconda della convenienza: si pensi, in ordine sparso, ai ceceni, ai kosovari, ai karen birmani, ai tibetani, agli abkhasi, ai sahrawi, ai beluci, ai kordofaniani eccetera eccetera: ce n’è per tutti i gusti. Ed anche i palestinesi, che solitamente mettono tutti gli amanti delle “cause dei popoli” e gli “antimperialisti” d’accordo, se si va a scavare al loro interno non suscitano unanime consenso: chi preferisce i “progressisti”, chi gli “islamici” e così via, senza mai porsi il dubbio che quelle sigle traducano la longa manus dei vari attori che in Palestina muovono le rispettive leve… Niente da fare, l’ideologia prende sempre il sopravvento, ma spesso prepara cocenti delusioni[7].

Ma chiudiamo la parentesi sulle “resistenze dei popoli” e torniamo alla costituzione di un “polo egemone” in osservanza dei dati della Geopolitica che, ripetiamo, è da mettere in relazione alla geografia sacra (altrimenti, per citare di nuovo Roma, non si accanirebbero così tanto, da secoli, per occuparla, soggiogarla e snaturarne la funzione…). Aggiungiamo solo che una potenza regionale, in vista della costituzione di un Impero si scontrerà inevitabilmente con la resistenza delle popolazioni circostanti: è accaduto a Roma antica, ed anche alla parodia dell’Impero che è l’America (la cosiddetta “epopea del Far West”, ad esempio, con tutta la strage dei Pellerossa), e sempre accadrà. Questo per dire che se dovessimo applicare solo un criterio “morale” per giudicare l’agire delle compagini statuali, dovremmo imbastire un ‘tribunale perpetuo’, da quello a Giulio Cesare per la conquista della Gallia a quello al Faraone per l’asservimento del Basso Egitto eccetera, e tanti saluti all’ammirazione che ancora suscitano le “civiltà romana”, “egizia” ecc. Di questo passo, insomma, la Storia umana finisce – come in effetti sta accadendo – per trasformarsi in una moralistica messa sul “banco degli imputati”, e guarda caso a farla franca sono sempre i dominanti del momento, che nessun “grande esperto” o “famoso professore” ha mai il coraggio di ‘processare’. Bisogna, volenti o nolenti, mettere le cose sul piatto della bilancia: valeva di più l’indipendenza dei Sanniti (sicuramente degnissimi uomini) o l’edificazione dell’Impero romano? Questo per dire che ad un certo punto, se si vuole essere onesti intellettualmente, si deve avere il coraggio di percorrere per intero la strada che si è scelto abbracciando una “ideologia” e/o assolutizzando un’istanza quale può essere la “autodeterminazione dei popoli”. Eppure tutte queste “Ong” così solerti nell’individuare “ingiustizie” a destra e manca, affiancando i media globalisti nelle loro tirate propagandistiche che preparano il clima adatto ad una “guerra umanitaria” (col preludio della “rivolta pacifica”), non menzionano mai i casi scomodi dei popoli vessati dagli Occidentali, soprattutto dall’America e dall’Inghilterra: si pensi di nuovo agli irlandesi, che ne han subite di cotte e di crude, o ai nativi nordamericani ed australiani, come se per questi ultimi bastasse lo ‘zoo’ in cui sono stati confinati.

Se poi si vuole essere ancor più consequenziali con la “libertà” e la “giustizia” assurte a supremi valori di riferimento, tanto vale schierarsi – ebbene sì – dalla parte del Nuovo Ordine Mondiale, che promette – pur sulla punta di missili e bombe – d’instaurare la “libertà” e la “giustizia”, compendiate nella formula della “Pace universale”. Il che con tutta probabilità è verosimile, senonché si tratta di una “pace” parodistica, puramente esteriorizzata, senza alcun corrispettivo interiore (con esseri sempre più destabilizzati mentalmente, una volta venuta meno la ‘corazza spirituale’), alla quale possono sottrarsi solo coloro che si mantengono “saldi” alla tradizione, non quelli che aderiscono ideologicamente ad una “libertà” e una “giustizia” astratte, “troppo umane” e sganciate da un riferimento trascendente che solo è in grado di conferire loro l’autentico significato. Anzi, costoro sono senz’altro prima o poi affascinati da questo “Nuovo Ordine”, ed una prefigurazione di ciò lo vediamo nella progressiva ‘resa’ – aggressione dopo aggressione – di tutti quelli che fino a non molto tempo fa ancora organizzavano “proteste” e “manifestazioni” e che oggi in un modo o nell’altro trovano sempre nuovi argomenti per giustificare – seppure come un “male minore” – le “guerre umanitarie” preparate da richieste di “libertà” e “giustizia” da parte di “popoli in rivolta”. In un certo senso, si tratta dell’autonomizzazione illusoria di due qualità inerenti al Principio uno e unico, un po’ come se si trattasse di ‘devoti’ che adorano come ‘dio supremo’ le “dee della libertà” e “della giustizia”.

La tendenza a costituirsi in “polo egemone” si scontra inoltre con la concomitante azione di altri “poli” o aspiranti tali, dotati di una loro precipua vocazione geopolitica: vedasi il caso della Germania, e ciò è dimostrato anche in epoca fascista, quando l’Austria del cancelliere Dollfuss si rivelò un terreno di scontro tra le mire italiane e tedesche. Questo per dire che l’alleanza tra Italia e Germania non era affatto scontata come sostiene chi legge la politica internazionale con gli occhiali dell’ideologia, e che anche l’attacco all’Urss, alla fine, se aveva un senso dal punto di vista della geopolitica tedesca (ma ne avrebbe avuto, eccome, anche uno all’Inghilterra quand’era stato possibile!)[8], non lo aveva affatto da quello italiano, tant’è vero che anche le ultime bordate ad un governo italiano (quello Berlusconi) sono giunte a causa del ‘flirt’ con la Russia[9].

In questo senso, anche in un’epoca in cui le aspirazioni italiche all’Impero sono venute decisamente meno (e sarà già molto se l’Italia non andrà presto in mille pezzi!), la Geopolitica spiega non poco: indica quel che va fatto in politica estera, la quale è la “grande politica” perché mostra chiaramente chi è l’amico e chi il nemico, tant’è vero che la massa di sudditi catodici viene rincitrullita con la “politica interna”, l’unica che riesce a concepire, ridotta com’è a rituali e preconfezionate “polemiche” e “dichiarazioni” di questa o quell’altra nullità democratiche, compresi i vari “scandali” che vengono agitati sotto il naso del popolo-bue per distrarlo da quello che invece dovrebbe interessarlo.

È tuttavia evidente che se al potere vanno (o meglio, vengono piazzati da chi ha interesse ad indebolirti, a neutralizzarti) dei personaggi che remano contro (ad esempio, Eltsin in Russia, Sarkozy in Francia e l’attuale “Governo tecnico” in Italia), ciò può dare l’impressione che la geopolitica non spieghi un accidente… Invece è esattamente il contrario: si tratta di personaggi messi lì proprio per non dare seguito alla vocazione geopolitica del territorio che governano!

Quanto alla politica interna, essa rimanda al tipo di organizzazione sociale ed economica, il che non è da sottovalutare, tutt’altro! Ma invito a riflettere sul fatto che senza una politica estera in ordine con la “vocazione geopolitica” di un territorio organizzato in forma statuale, non è in alcun modo possibile darsi “libertà” e “giustizia” in casa propria agendo sulla leva della “politica interna”… I casi dell’Italia fascista e la sua politica mediterranea, di Mattei e la “geopolitica del petrolio”, di Craxi con la sua “politica filo-araba” stanno a dimostrarlo… Non a caso si è trattato dei periodi della storia italiana in cui si è avuta una maggiore equità sociale e prosperità per gli italiani.

Per quanto riguarda le alleanze in politica estera, non è affatto scritto che il simile vada col simile. Anzi, la storia ci propone esempi di dissidi fortissimi tra Stati “comunisti”, “nazionalisti arabi” (il Ba‘th siriano contro quello iracheno) eccetera. Di nuovo, questo è l’errore che si compie ragionando in termini “ideologici” e non geopolitici. Il che non significa che un tipo di organizzazione dello Stato valga l’altro (politica interna). È semmai vero l’esatto contrario: “libertà” e “giustizia” possono essere garantite solo partendo da una “Idea” (non un profano “progetto”), da una “affermazione assoluta” con cui si ha l’irruzione nella storia di una forza che è d’origine “sovrumana”, grazie alla quale i domini della politica, dell’economia, della società, della cultura eccetera trovano naturale sistemazione[10].

Ma “Libertà” e “giustizia” non le si può esplicare nell’orticello di casa, in una logica di “piccola patria”, ancorché la cosa ci possa sembrare esaltante ed “eroica”. Questi valori imperituri sono diretta emanazione dall’Alto e solo rivolgendosi all’Alto si può sperare di potervisi adeguare nella misura in cui la natura umana lo consente. Ma non si può partire dalla “libertà” o dalla “giustizia”, o da qualsiasi altra edificante “parola d’ordine” per poi farne una “questione di principio” con cui giudicare anche le relazioni internazionali. Per renderle operative sul piano umano innanzitutto servono gli uomini giusti, uomini con una “visione”, investiti dal Cielo. Una volta che la Verità si manifesta in questo mondo, tutto il resto si mette “in ordine”.

Anche la Geopolitica, quindi, non spiega tutto, non è il punto di partenza per ‘comprendere’ il mondo. E questo ‘tranquillizzerà’ chi nutre diffidenze verso l’approccio geopolitico: d’altra parte nessuno tra coloro che utilizzano con perizia lo strumento d’analisi geopolitico ha mai preteso di presentare la Geopolitica come una “scienza esatta”… Questo o è un addebito da parte di chi non ha capito o non vuol capire, o una distorsione, un abuso di chi crede d’aver individuato un nuovo “determinismo”.

Ma è fuori di dubbio che uomini “in ordine”, orientati verso il Principio, esprimono al meglio anche la vocazione geopolitica di un territorio da cui prende le mosse la loro azione civilizzatrice imperiale. Non a caso, le prime conquiste dell’Islam seguirono tre direttrici: Egitto e nord Africa, Vicino Oriente siro-palestinese, altopiano iranico, anticamera rispettivamente di Africa e Mediterraneo, territori bizantini, India ed estremo oriente; così come tra i Compagni del Profeta vi furono un africano (Bilâl al-Habashî), un ‘greco’ (Suhayb ar-Rûmî) e un persiano (Salmân al-Fârsî), come a prefigurare le future linee di espansione di una civiltà, quella islamica, posta in una posizione “intermedia” nella massa continentale euro-afro-asiatica.

Non si pensi che all’origine degli Imperi del passato, tra cui quello romano, non vi fossero degli uomini “incaricati” dall’Alto. La prova che vi erano sta nella Legge che essi seppero imporre alle genti. Si fa un gran parlare a sproposito di sharî‘a, con toni tra lo scandalizzato e il terrifico, eppure Roma antica verrà sempre presa a modello per l’imperio della Legge, l’unica in grado di dare forma ad uno Stato garante di “libertà” e “giustizia” per tutti i popoli su cui si esercitò il suo dominio e fintanto che vi furono uomini degni di svolgere la gravosa e responsabile funzione di Imperatore. Del resto il simbolo del Fascio littorio simboleggia “libertà” (le verghe, distinte, ma tenute insieme dai “fasci” di cuoio rosso, simbolo dell’unità) e “giustizia” (la scure, in posizione centrale e dominante).

Dopo di che l’ineluttabile decadenza, come si può osservare in ogni ciclo di civiltà: uomini non “in ordine” ricoprenti il ruolo di Imperatori (o Califfi ecc.) non sono in grado di difendere né l’applicazione della Legge né le frontiere dell’Impero, che finisce in mille pezzi, preda delle forze centrifughe e dei particolarismi. Lo Stato non pratica più una geopolitica atta a rafforzarlo e a garantire prosperità ai suoi cittadini, bensì subisce la politica di soggetti ostili.

Alla fine di questo ciclo dell’umanità, non poteva che risorgere un mostro che già Roma schiacciò: quello della parodia dell’Impero, geopoliticamente fondato sul controllo di scali ed empori marittimi e “ideologicamente” impostato secondo i valori del commercio, il quale ha sì una funzione (quella di “scambio”), ma se debordante dal suo alveo non può che produrre i disordini – su ogni piano – che abbiamo sotto gli occhi, oscurando i valori dell’onore, della fedeltà e, soprattutto, del sacro[11]. In una battuta, si potrebbe affermare che se l’ideale romano, imperiale, di “giustizia”– con l’Impero quale esito di un processo di evoluzione-espansione in cui anche la geopolitica ha un ruolo – è riassunto nella formula “a ciascuno il suo” (cuique suum), secondo i valori dell’equità e della temperanza, quello mercantile delle potenze d’oltremare esalta al massimo grado l’accumulazione e l’appropriazione indebita a beneficio di una casta di bottegai e grassatori addobbati da “aristocrazia”; col resto della popolazione che, non conoscendo più un “alto” né un “basso”, si adegua al tipo umano scaltro, senza onore e fedeltà, e che soprattutto non crede fondamentalmente a nulla, incarnato nel mercante e soprattutto nel banchiere e nell’usuraio.

Si noti infine un elemento importante che coinvolge l’analisi geopolitica. Questo particolare tipo umano dalla dubbia moralità (quando la morale non è più sostenuta da ciò che le è sovraordinato alla fine si traduce addirittura in una… immoralità!) non può in alcun modo prendere il sopravvento in un Impero della “terra”, esito di un processo che parte dall’irruzione del divino nella storia per poi evolversi, anche secondo una specifica vocazione geopolitica, in un Impero, compiendosi così il “destino” di una terra e di un popolo di “eroi”. Viceversa, questo tipo umano, caratteristicamente ipocrita, coi suoi infimi pseudo-valori, spadroneggia in una parodia di Impero qual è quello della talassocrazia a guida anglosassone.

 

* Enrico Galoppini è redattore di “Eurasia- Rivista di studi geopolitici”

 

FONTE:http://europeanphoenix.net/it/component/content/article/3-societa/287-la-geopolitica-e-immorale-note-su-alcune-obiezioni-allapproccio-geopolitico


NOTE:

[1] Almeno si dovrebbe avere il buon gusto di non far passare una cosa per un’altra.

[2] “Noi non possiamo e non vogliamo arrenderci alle ragioni della “geopolitica” ma vogliamo schierarci con le ragione della libertà, della giustizia, della dignità”. http://appellosiriaegitto.blogspot.it/

[3] Prosperità che non si limita affatto alla sfera materiale. Si pensi alla “chiamata alla preghiera” nell’Islam: il mu’adhdhin (il “muezzin”) recita, tra le altre cose, “venite alla prosperità!”.

[4] A scanso di equivoci, siccome c’è sempre qualcheduno che vuol capire a modo suo, ciò non significa giustificare ed approvare le politiche degli Usa in Centro America e in America Latina, né quelle inglesi in Irlanda!

[5] In quest’ultimo caso si pensi alla creazione di Libano, Siria, Giordania eccetera: aspirazioni particolaristiche di “piccoli popoli” e di qualche avventuriero, più o meno indotte, che hanno destato l’interesse di grandi potenze. Lo stesso dicasi per la Jugoslavia o la Cecoslovacchia, dopo la frantumazione dell’Impero asburgico.

[6] Uno non vale l’altro: esiste una geografia sacra di cui l’analisi geopolitica deve tenere conto.

[7] Alcuni recenti comportamenti di Hamas hanno gettato sconcerto tra alcuni “antimperialisti” sin qui simpatizzanti col movimento di resistenza islamico palestinese.

[8] Qui, probabilmente, entra in ballo la questione delle affiliazioni e delle “obbedienze”…

[9] Si ricordi inoltre che l’Italia fu anche il primo Stato a riconoscere ufficialmente l’Unione sovietica… e per tutto il periodo fascista, checché ne pensino coloro per i quali esiste solo il “Nazifascismo”, i contatti con Mosca, per il tramite di Bombacci – fondatore del Pcd’I e poi aderente alla Rsi – non cessarono mai.

[10] È il caso, nella tradizione islamica, della Laylat al-Qadr, la “Notte della determinazione [di tutte le cose]” (chiamata in italiano anche “del Potere” – del kun fa-yakun: “sii, e la cosa è” – e, impropriamente, “del Destino”), nella quale venne “rivelato” al Profeta Muhammad l’intero Corano e pertanto ogni cosa è stata “rivelata” per quel che è. La “civiltà islamica”, con le sue istituzioni, le sue arti ecc. era contenuta in nuce in quell’evento. Lâ ilâha illâ Llâh (“Non v’è divinità, se non Allâh”) è l’“affermazione assoluta” – che non può che passare per una negazione – vanamente ricercata dai filosofi moderni, i quali non hanno mai avuto sentore di che cosa siano l’unicità del Principio e l’unità del Tutto.

[11] Valori, questi, rispettivamente dei “guerrieri” e dei “sacerdoti”, e che in epoche passate hanno dato forma alla vita di tutti quanti, compresi gli appartenenti al “popolo”.

 

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Manovre militari sino-russe

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Senza dubbio, questa intesa non è che la continuazione di una lunga serie di accordi che verranno intrapresi nel settore della difesa.

In una conversazione telefonica con il suo omologo russo, il generale Nikolai Makarov, Chen Bingde (Capo di Stato Maggiore della Repubblica Popolare Cinese) ha espresso l’importanza di queste manovre congiunte tra Cina e Russia che si terranno dal 22 al 27 aprile.

Tenuto conto delle relazioni amichevoli tra Pechino a Mosca in tutte le aree, queste manovre si tradurranno nel rafforzamento delle capacità e delle abilità difensive e di combattimento per entrambe le parti.

Makarov ha detto, da parte sua, che Mosca vuole una maggiore cooperazione per rafforzare il livello di entrambi gli eserciti soprattutto in campo marittimo. Lo scopo di queste esercitazioni in cui partecipano 16 navi da guerra, due sottomarini cinesi e sette navi da guerra russe, è quello di difendere le acque territoriali e la libera navigazione.

Anche se la Cina e la Russia hanno già tenuto a partire dal 2005 diverse manovre congiunte nell’ambito della Shanghai Cooperation Organization, queste rappresentano le prime manovre marittime in acque territoriali cinesi nel Mar Giallo, che è in realtà una parte della zona di cooperazione militare tra i due paesi.

Precisiamo che il loro accordo riguarda anche alcune prese di posizione comuni come il blocco delle risoluzioni anti-siriane al Consiglio di sicurezza, esempio di questa cooperazione strategica con l’obiettivo di proteggere i propri interessi internazionali ed extraregionali.

Dopo l’eliminazione delle barriere politiche e ideologiche, la Cina è diventata uno dei principali acquirenti di armi russe.

Al-manar

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D. A. Bertozzi – A. Fais, “Il Risveglio del Drago”, Edizioni all’insegna del Veltro, Parma 2012

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Le lusinghiere parole del Console Generale della Repubblica Popolare Cinese, che ha paragonato “Il Risveglio del Drago” nientemeno che al Milione di Marco Polo, rappresentano meglio di tutte il gradimento che il lavoro dei due studiosi Andrea Fais e Diego Angelo Bertozzi ha riscosso proprio nell’Anno del Drago cinese.

Si tratta di un libro che, a partire dal discorso tenuto del Presidente Hu Jintao in occasione del novantesimo annivesario dalla nascita del Partito Comunista Cinese, fa il punto della situazione attuale soprattutto da un punto di vista geopolitico e indaga gli scenari futuri alla luce del recente passato del gigante asiatico. E’ un libro questo che fa piazza pulita di tutti i luoghi comuni ai quali siamo tristemente abituati in questo angolo di mondo chiamato “occidente”, e ci aiuta a comprendere meglio le peculiarità di questa “via cinese al socialismo”, che permette all’ex Celeste Impero una crescita annua del 9%. Aver costruito con saggezza e pazienza un sistema politico ed economico assolutamente unico nel suo genere, rende immune la Cina dalle endemiche crisi speculativo finanziarie che stanno gettando nella miseria tutte le economie legate alla piovra capitalista anglo-americana. Anzi, a tutt’oggi è Pechino la maggiore detentrice dell’immenso debito statunitense.

Ma per capire la fase ascendente che sta attraversando la Cina è indispensabile conoscere il suo passato di umiliazioni e sopraffazioni subite; per questo motivo la prima parte del volume analizza il triste passato dell’ex Celeste Impero a partire proprio dal declino della dinastia Qing. In quel periodo -seconda metà del XIX secolo- la Cina era un paese prevalentemente agricolo, semifeudale e arretrato. La dinastia Qing era debole e corrotta e il  paese era preda degli appetiti coloniali delle potenze colonialiste, alle quali erano concessi ampi margini di manovra sia da un punto di vista economico che politico. Questa condizione di semi-colonia portò al crollo dell’Impero e alla nascita della Repubblica Cinese nel 1912, di cui primo presidente fu Sun Yat-sen, tuttora considerato padre della patria. La Cina conobbe così il nazionalismo e nel 1921, sull’onda della Rivoluzione sovietica, nacque e si diffuse in Cina il Partito Comunista Cinese di Mao Zedong. Tuttavia i contrasti tra il neonato Partito Comunista e il Partito Nazionalista di Chang Kai-shek non tardarono a manifestarsi, fino a culminare nel 1933 nella Lunga Marcia, durante la quale le forze comuniste ebbero il tempo di riorganizzarsi. Nel 1937 il Giappone invase nuovamente la Cina e la liberazione dall’occupante giapponese diventò il cavallo di battaglia del Pcc di Mao, in contrasto con il proditorio collaborazionismo dei nazionalisti. Al temine di una lunga ed estenuante guerra civile e del secondo tragico conflitto mondiale, nel 1949 nasce finalmente la Repubblica Popolare Cinese guidata da Mao Zedong.

Nonostante gli errori commessi da quest’ultimo -la Rivoluzione Culturale e il Grande Balzo in avanti– influenzato dalla Banda dei Quattro di Lin Biao, egli non è stato mai rinnegato ma è tuttora stimato ed apprezzato quale edificatore del socialismo cinese, colui che ha permesso alla Cina di emanciparsi dalle potenze imperialiste. Nel solco tracciato da Mao, la lungimirante presidenza di Deng Xiaoping, seguita da quelle di Jiang Zemin e, oggi, di Hu Jintao hanno permesso alla Cina di essere un paese moderno, rispettato e temuto in ambito internazionale, e il cui obiettivo fondamentale resta quello di garantire il benessere alla maggior parte possibile della popolazione. La continuità con il passato è comunque un ingrediente fondamentale: i Cinesi conoscono la propria storia, hanno imparato dai propri errori e oggi, lungi dallo scimmiottare sistemi occidentali lontani dal loro modo di essere, percorrono senza esitazioni la strada della crescita e dello sviluppo.

Oggi la Cina ha sviluppato un suo peculiare sistema politico-economico detto “socialismo di mercato”, che non ha eguali nel mondo, ed è proprio questa unicità, questa giusta mescolanza di pianificazione e mercato, l’ingrediente segreto del successo cinese. Pechino vuole dimostrare al mondo che socialismo non è sinonimo di povertà, anzi, a ben guardare le dinamiche economiche attuali, sembrerebbe che, volendo fare un’equazione, capitalismo stia a povertà come socialismo stia a benessere. Nel gigante asiatico vige il primato della politica sull’economia, un’economia contraria al debito, incubo che attanaglia invece i paesi occidentali, stretti nella morsa usuraia di Fondo Monetario Internazionale e Banca Centrale Europea. Inoltre Pechino è in prima linea nel tentativo di instaurare un sistema economico svincolato dalla dittatura del dollaro.

A mio avviso comunque, ciò che ha permesso al socialismo in salsa cinese di durare, diversamente ad esempio da quello sovietico, è proprio la sua straordinaria capacità di adattamento. L’avvicinamento agli Stati Uniti nel 1972 al culmine delle tensioni con l’Unione Sovietica segnò la frattura tra un marxismo rigido, irremovibile e destinato ad implodere, e un marxismo dinamico e pragmatico. Proprio questa differente interpretazione del marxismo-leninismo era l’oggetto del contendere: esso doveva essere la linea guida del proletariato rivoluzionario internazionale o non doveva piuttosto essere lo strumento politico di analisi da adattare alle differenti realtà nazionali rivoluzionarie? La Storia sembra aver dato ragione a quest’ultima interpretazione.

Per quanto riguarda poi la politica estera, anche in questo settore la Cina ha mostrato al mondo intero qual è la strada maestra da percorrere nell’ambito delle relazioni internazionali: lontano anni luce dall’arroganza e dall’aggressività dell’imperialismo statunitense, Hu Jintao ha ben ribadito nel suo discorso i quattro punti cardine dell’approccio cinese, vale a dire indipendenza nazionale, completa uguaglianza, rispetto reciproco e non-ingerenza negli affari esteri altrui. Agli antipodi rispetto al razzismo culturale e alla tracotanza dell’amministrazione americana, la Cina dà e pretende rispetto nelle relazioni internazionali; lo pretende in quanto il suo vastissimo territorio è continuamente minacciato dalle spinte separatiste prezzolate come ad esempio in Tibet, dove si trova a fronteggiare la ribellione feudale e reazionaria del Dalai Lama e della sua cricca. Memore di un passato nemmeno troppo remoto in cui la Cina ha visto il suo peso internazionale indebolirsi a causa di una deleteria frammentazione territoriale, oggi Pechino è molto determinata a preservare la propria integrità.

 

In conclusione, risulta chiaro quali sono gli ingredienti che permettono alla Cina del XXI secolo di essere una potenza in continua ascesa, temuta e rispettata: avere cioè sviluppato un sistema assolutamente originale, nel quale la pianificazione delle economie socialiste si concilia con l’apertura verso l’economia di mercato tipica delle economie capitaliste. Un socialismo in salsa cinese, in cui modernizzazione, sviluppo industriale e ricerca del benessere per la popolazione, sono al primo posto nell’agenda politica della dirigenza comunista. L’auspicio è quindi che una Cina forte e prospera costituisca presto un polo geopolitico – ed esempi che vanno in questa direzione non mancano, come i Brics o l’Organizzazione per la Cooperazione di Shangai- in grado di contrastare l’arrogante unipolarismo statunitense.

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Il cyber-terrorismo esiste o non esiste?

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Cyber-terrorismo è un neologismo di nuova generazione che tenta di definire una nuova forma di terrorismo di tipo informatico.  Tuttavia a livello terminologico il concetto è quanto meno poroso a causa dell’assenza di quadro giuridico internazionale di riferimento che inevitabilmente conduce a dibattere intorno ad esso e sulla sua effettiva esistenza. Interpretazioni  tipicamente “restrittive” discordano dall’ inserirlo nella “famiglia” dei terrorismi mentre quelle più “aperte” spesso tendono a confonderlo con i suoi derivati tra i quali cyberwar, cybercrime. Il confuso linguaggio terroristico ha portato ad un allargamento  delle maglie terminologiche creando  zone  d’ombra dove concetti quali cyber-terrorismo non trovano una classificazione. Questo stato di cose deriva da un paradosso ben noto sta alla base di questo edificio concettuale; se una vera definizione di terrorismo tutt’ora non esiste, poiché non accettata comunemente dai maggiori attori della politica mondiale, ciò che tentiamo di definire cyber-terrorismo, da esso discendente, diviene puro esercizio retorico fine a se stesso. Una risposta da parte dell’Unione Europea.

 

Una nuova minaccia per la sicurezza mondiale e differenti significati

 

Nell’epoca globale in cui viviamo, il tema della sicurezza è la priorità per l’agenda nazionale e mondiale a causa del proliferare di minacce sempre più asimmetriche, non statuali e latenti al tempo stesso a cui non si può più rispondere convenzionalmente.

il termine cyber-terrorismo sta ad indicare una nuova generica sfida di tipo terroristico per la sicurezza nazionale e mondiale a livello informatico; una minaccia che si configura come globale, tecnica, transnazionale e soprattutto anonima.

Il cyber-spazio, nuovo luogo della geopolitica del futuro, diverrà il campo di competizione dove si misureranno le capacità d’Intelligence di prevenzione di attentati alle infrastrutture difensive di ogni singolo Stato i quali conservano gelosamente e scambiano tra loro informazioni vitali.

Il territorio cyberspaziale è talmente vasto e insondato che facilmente si presta ad attacchi di terroristi informatici che possono competere sul piano statale poiché i rapporti di forza (se così possiamo definirli mutuandoli dal gergo politico)  tenderanno ad essere loro meno sfavorevoli rispetto alla tradizionale asimmetria.

Esso risulterà essere il nuovo campo di confronto tra attori statali e non.

Sebbene l’era informatica abbia messo e metta in primo piano questa minaccia via web come prioritaria per il futuro degli Stati, una solida definizione della parola cyber-terrorismo  non esiste ancora.

Nonostante nel 2008 la NATO formulasse attraverso il nuovo Concetto Strategico gli scenari futuri in termini di sicurezza – arrivando a definire il cyberterrorismo come “un attacco informatico che utilizza o sfrutta reti di computer o di comunicazione sufficienti per causare la distruzione o interruzione, per generare paura o per intimidire una società in un obiettivo ideologico” – sul piano statale essa viene intesa differentemente.

Il governo degli Stati Uniti, per fare un esempio, pone enfasi non tanto sugli obiettivi degli attacchi ma sui soggetti “attaccanti”.

In particolare si tenta di delineare chi siano i nuovi terroristi del futuro.

Va da sé che a livello nazionale essi propongano una definizione che, sebbene alcuni autori definiscano complementare a quella NATO, in realtà mette ancora più evidenza il problema riguardante  la confusione terminologica di cui stiamo discutendo.

I governi nazionali agiscono sul piano interno autodefinendo il problema poiché non esiste una definizione comunemente accettata a livello internazionale.

Senza entrare troppo nella disputa terminologica di questi anni,chiara risulta essere la difficoltà di maneggiare un linguaggio non ancora “statalizzato” (ovvero non tradotto in un linguaggio comprensibile ed esprimibile attraverso un quadro legale da parte della comunità internazionale degli Stati) e molto spesso non compreso appieno.

Un linguaggio ancora per lo più tecnico che non riesce, non certo per suoi demeriti, a creare categorie di classificazione che gli Stati possono far proprie per rispondere alle nuove minacce informatiche di cui fa parte il cyber-terrorismo.

Se non si definiscono i termini va da sé non si sa neanche contro cosa si stia lottando.

Il concetto è quanto meno poroso (come vedremo)  e rifugge le comuni classificazioni.

Quest’impasse condiziona drammaticamente le manovre dei singoli Stati in termini di sicurezza le quali tendono ad  autonomizzarsi in un contesto dove le minacce si presentano come globali e necessitando pertanto una risposta a livello multilaterale più efficace rispetto a quella degli ultimi anni.

Questo è il presupposto da cui dobbiamo partire per capire il quadro generale.

Il dibattito terminologico di questi anni  è inevitabile poiché ampio è lo spettro intorno al quale oscillano i suoi elementi costitutivi: motivazioni, obiettivi, metodi, centralità o meno dell’uso del computer rendono molto complesso anche solo affermare che esista un cyber-terrorismo come categoria universalmente derivante dal terrorismo ma ad essa autonoma piuttosto che  espressione generica di un nuovo terrorismo.

Vediamo di capirne le varie posizioni.

 
 
Il cyber-terrorismo come nuova forma di terrorismo?

 

Per poter tentare di dare una risposta a questo difficile quesito bisogna considerare che il “settore” di cui stiamo trattando è in rapida evoluzione e vi è una forte complessità di base data dalla combinazione delle tecnologie per le informazioni e comunicazioni (Information and Communication Technology, ICT).

Se come accennato non è ancora possibile definire un quadro giuridico (poiché esso è assente) ove  ricondurre il termine  cyber-terrorismo , risulta  relativamente meno complesso cercare di capire quali siano i suoi elementi distintivi.

Per far ciò si dovrebbe preliminarmente  dire cosa non è.

In tal modo isolando  le “cyber” categorie, spesso confuse,  si può  attraverso una operazione di filtraggio effettuare un distinguo.

Infine, una volta “isolato” si tenterà un confronto con il termine  terrorismo, da esso derivato, e capire quanto sia pertinente un loro possibile legame.

Procedendo con ordine, il cyber-terrorismo si discosta innanzitutto dalla cyber-war, termine spesso usato per connotare la guerra invisibile di questi mesi tra U.S.A. ed Israele da un lato e l’Iran dall’altro.

Esso si traduce volgarmente in guerra cibernetica; è una guerra anonima, senza regole i cui combattenti militari, civili, ricercatori e scienziati difendono la propria nazione da ostilità esterne o infiltrate.

Se cyber-war grosso modo identifica la guerra del futuro, non certo nel senso classico del termine, con cyber-terrorismo al contrario ci riferiamo ad un metodo.

Un metodo che utilizza Internet quale arma per impostare attacchi contro altri computer violandone la sicurezza per scopi differenti  oscillanti dal blocco di sistemi difensivi al furto di informazioni attraverso l’uso di virus.

Non è guerra poiché non presuppone una risposta che è eventuale e possibile da parte della controparte; non è uno scontro di forze virtuali ma un’azione isolata o che può ripetersi sebbene nell’anonimato come per la cyber-war.

E’ una vera e propria opzione di first strike nelle mani di chiunque sappia maneggiare tale tecnologia ormai a uso e consumo di tutti.

Non è nemmeno cyber-crime poiché ivi ci riferiamo ad un vero e proprio fenomeno criminale a capo del quale identifichiamo l’autore del reato.

Ebbene il terrorismo cybernetico  diviene veramente un first strike in una nuova accezione del termine poiché molto differente dalla terminologia tipica dell’ equilibrio atomico.

Qui non vi è equilibrio; l’anonimo impiega un metodo che si avvale di “attacchi fulminei”, colpendo ed  evitando le ripercussioni dovute all’uso di  second strike quale risposta della controparte che spesso fallisce.

Ne deriva la non commissione di un crimine in quanto tale poiché non si conosce il soggetto criminale che ha posto in essere tale condotta criminosa.

Entrando nel dettaglio il termine è tuttavia piuttosto controverso poiché differenti interpretazioni dalle più “restrittive” a quelle più “aperte” delineano differenti scenari.

Il dibattito come accennato varia a secondo dello scopo dell’uso di una azione cyber-terroristica, delle sue motivazioni , metodi e obiettivi non semplici da definire.

In breve, secondo l’orientamento più aperto esso viene definito come “The premeditated use of disruptive activities, or the threat thereof, against computers and/or networks, with the intention to cause harm or further social, ideological, religious, political or similar objectives. Or to intimidate any person in furtherance of such objectives”.

Al contrario, secondo l’orientamento “restrittivo”  il cyber-terrorismo non sarebbe “figliastro” del terrorismo tradizionale e dunque difficilmente la definizione sopra citata avrebbe senso.

Esso non è una forma di terrorismo poiché non è una pratica del terrore , non infligge ferite, e non provoca la morte di obiettivi.

Dunque esso o è altro o non esiste. Eppure si chiama cyber-terrorismo ed è evidente l’assonanza.

Il confuso linguaggio terroristico ha portato dunque ad un allargamento  delle maglie terminologiche creando  zone  d’ombra dove concetti quali cyber-terrorismo non trovano una classificazione.

E questo è comprensibile e a tratti spiegabile.

Questo stato di cose deriva da un paradosso ben noto che sta alla base di questo edificio concettuale che tentiamo di non far crollare; se una vera definizione di terrorismo tutt’ora non esiste, poiché non accettata comunemente dai maggiori attori della politica mondiale, ciò che tentiamo di definire cyber-terrorismo , da esso discendente, diviene puro esercizio retorico fine a se stesso.

Dunque il vero problema di questa minaccia informatica deriva da un linguaggio non ancora codificato che ruota intorno al concetto di terrorismo e i suoi derivati.

Finché non si da un nome alle cose partendo dall’annosa questione del terrorismo internazionale non si potrà qualificarne quelle di nuova generazione .

Se gli Stati, come sembrerebbe, non saranno in grado di definire un quadro giuridico internazionalmente  all’altezza di questa futura minaccia nel breve e medio periodo dovranno tuttavia impostare linee guida proprie al fine di rafforzare la cyber-sicurezza.

E questo risulta essere l’ennesimo paradosso.

 

Una risposta Europea al cyber-terrorismo ?

 

Sebbene questa minaccia risulti non appartenente ad un chiaro quadro giuridico, gli Stati hanno compreso che la sicurezza del futuro si basa sul potenziamento di infrastrutture difensive sempre più connesse al mondo dell’informatica.

I cyber-attacchi contro i governi di Estonia e Georgia hanno fatto scuola in tal senso.

Si ricorda infatti come nel maggio 2007 l’Estonia fu soggetta a un cyber-attacco  a causa della rimozione dalla piazza centrale della capitale estone del monumento ai «liberatori » sovietici, il cosiddetto soldato di bronzo.

Tallin ha accusato  Mosca ma quest’ultima ha sempre smentito.

La Georgia, per citare un altro esempio famoso, ha subito un attacco informatico mirato che ha mandato in tilt il sistema Internet georgiano sommergendolo di traffico fittizio.

Dalla seconda metà dei primi anni duemila, la minaccia del cyber-terrorismo ha acquisito una rilevanza crescente per l’Unione Europea.

Il numero di questi cyber‐attacchi non accenna a diminuire e secondo stime del 2011 le stesse istituzioni comunitarie sono state colpite da due diversi attacchi informatici.

A gennaio, essa ha riguardato il sistema di scambio di quote delle emissioni di anidride carbonica, l’Emissions Trading System (EU ETS), vero e proprio mercato i cui furti telematici di quote a danno di paesi come la Repubblica Ceca  e l’Austria risultano essere per milioni di euro.

La Commissione è stata costretta a sospendere l’ETS per una settimana.

Nel marzo  di quello stesso anno, i sistemi informatici della Commissione, del Servizio europeo per l’azione esterna  e, in misura minore, del Parlamento europeo sono stati messi temporaneamente fuori uso, impedendo ai funzionari l’accesso alla posta elettronica da terminali esterni agli uffici comunitari.

L’Europa dunque sta lavorando al fine di diminuire tali attacchi di cyber-terrorismo al contempo diminuendone peso e incidenza.

In termini pratici il documento europeo “Strategia di Sicurezza Interna dell’UE e dell’Agenda Digitale Europea” lanciata nell’agosto 2010 risulta essere quello di maggiore interesse per la trattazione.

Due sono gli obiettivi più urgenti: da un lato, accrescere la consapevolezza dei principali rischi connessi alla cyber‐security (in particolare di cyber-terrorismo) attraverso un’operazione mediatica volta a favorire la conoscenza del problema; dall’altro, su un fronte prettamente operativo, migliorare la preparazione e le capacità di risposta europee e nazionali a possibili attacchi o incidenti informatici.

Per comprendere quest’ultimo punto,  si deve tenere bene in mente che la capacità di risposta ad attacchi o incidenti informatici variano sensibilmente tra gli Stati membri dell’UE.

Gli sforzi per colmare il divario tra i più e i meno attrezzati si concentrano sulla creazione di capacità e addestramento e formazione, ma soprattutto sulla creazione, in ogni Stato membro, dei Computer Emergency Response Teams o CERT.

Coordinare una risposta a livello europeo non risulta semplice poiché sono gli Stati membri ad avere le principali responsabilità in materia di cybersecurity.

Ciò significa che l’UE interviene solo in via sussidiaria, integrando e, dove possibile, armonizzando le iniziative nazionali.

E questo fatto  mette in luce come sia più efficace una risposta domestica che una coordinata internazionalmente – in questo caso a livello europea.

La  risposta domestica e internazionale al problema sarebbe più efficace nel momento in cui la comunità mondiale definisse i termini delle sfide dell’era informatica

 

Quale futuro in termini di sicurezza? Una conclusione

 

Le minacce telematiche risultano essere sempre più all’ordine del giorno a causa dello sviluppo  illimitato di Internet.

Questa vera e propria rivoluzione nel campo della  comunicazione ha portato con sé nuove sfide per gli Stati.

Sebbene risulti ancora non semplice inquadrarle giuridicamente poichè il settore risulta complesso e in continuo sviluppo, gli attori internazionali hanno compreso che la sicurezza del futuro non riguarda più e non solo il territorio e lo spazio sovrano poiché la nuova dimensione della geopolitica interessa la nuova territorialità e  spazialità informatica.

Al di là del dibattito sull’esistenza del cyber-terrorismo come arma propria (o meno) del terrorismo tradizionale, caratterizzato dalla mortalità degli attacchi e della diffusione del terrore, essa è una delle minacce più sfuggenti del campo della cyber-security.

In pochi anni l’utilizzo di questo metodo/arma diverrà sempre più comune al fine di danneggiare la sicurezza statale più di quanto non possano fare kamikaze suicidi.

Sebbene rarissimi siano i casi di cyber-terrorismo in cui vi siano vittime accertate , è chiaro che un attacco di questo tipo può veramente colpire il cuore statale mettendo in crisi il campo della sicurezza sempre più informatizzata e dunque fatalmente a rischio.

Il nuovo security concept dovrà riconfigurare gli indirizzi delle nuove politiche statali ma soprattutto internazionali in tale campo al fine di ovviare le problematiche descritte.
 
 
*Vismara Luca Francesco è dottore magistrale in Relazioni Internazionali presso l’Università Statale di Milano

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